Camino al error

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Salimos de la pista tras despedirnos del público y mientras caminábamos hacia el vestuario vi como Yuzuru dejaba de contemplar el suelo de forma pensativa para mirarme directamente a los ojos algo avergonzado.

-Lo siento- pronunció el japonés de repente comenzando una conversación mientras se inclinaba ligeramente sin detener el paso.

-No tienes que disculparte por nada- comenté con una amplia sonrisa, él iba a quedarse y con eso tenía más que suficiente; podía entender que ayer había pasado por una crisis, yo también había tenido las mías...

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No estaba de acuerdo, realmente pedir perdón era lo mínimo que debía hacer, así que hice una mueca antes de negar con la cabeza y mirarle nuevamente "¿esas ojeras son por mi culpa?" quería preguntarle, pero en el fondo prefería no oír su respuesta; aun si yo realmente no era la causa de ellas no había estado bien dejarse llevar por la situación y afirmar que iba a retirarme cuando ni siquiera había hablado con Brian; es más, era su momento y se lo arruiné por completo, me había comportado como un crío egoísta... pero de todos modos él estaba ahí, regalándome una sonrisa sincera y habiéndome perdonado incluso antes de que me disculpara.

De repente cogió uno de mis brazos y tiró de él para ponerme cerca suyo y abrazarme
-Ahora todo está bien- comentó en tono tranquilo.

¿Por que tenía que ser tan bueno conmigo incluso cuando no lo merecía? Y aunque me sintiese cómodo en ese abrazo que tardé en corresponder solo me hacía sentir peor por lo ocurrido el día anterior.
-Ven conmigo a España- escuché de repente liberándome de su abrazo para mirarle fijamente.

-¿eh?- pregunté suficientemente sorprendido como para no entender que intentaba decirme.

-Tenemos dos semanas antes de empezar nuevamente los entrenamientos, ven la primera de ellas conmigo a España-

Su rostro, su voz, todo indicaba que no estaba bromeando ¿pero por que de repente me ofrecía algo así?

-Pero... siempre lamentas el poco tiempo que puedes pasar allí, no quiero ser una molestia- me sentía realmente confuso.

-Quiero enseñarte mi tierra, yo he estado muchas veces en la tuya. Además soy incapaz de pensar en ti como una molestia-

No puedo apartar la mirada de tus ojos, esas palabras me atrapan aunque tú posiblemente no eres capaz de notarlo, y aunque sé que no debería... simplemente acabo cediendo a tu petición.

-Está bien... me dejo en tus manos- hay muchos motivos por los que sé que esto no es más que un error, si me tomo esta semana por completo para mí cuando vaya a Japón la última antes de reiniciar los entrenamientos voy a explotar de trabajo, también podré pasar menos tiempo del que planeaba con mi hermana y lo más importante...

-¿Que hay de Miki? ¿vendrá ella también?- comenté forzando una ligera sonrisa lo más natural posible y mirando de forma inconsciente el anillo en su mano.

-Eh...No- respondió -ella estará trabajando la semana que esté en España, después de eso cogerá vacaciones e iré a Japón a verla, también aprovecharé para hacer una quedada con las fans de allí.-

Asentí repetidas veces con un ligero movimiento de cabeza.

-Wakata- comenté de forma instintiva antes de mirar a mi compañero que ya no parecía tan calmado como antes pese a que intentaba disimularlo con una sonrisa también algo forzada.

-Bueno ¿vamos ya al vestuario?- preguntó mientras me daba un golpecito en la espalda y se adelantaba sin darme a penas tiempo de contestar, de repente tenía prisa .

-Sí, vamos- asentí comenzando a seguirlo, preguntándome a que se debía ese cambio tan repentino, pero si él no quería explicármelo simplemente respetaría su intimidad.

Una vez en el vestuario lo primero que hizo Javier fue coger su móvil y sentarse en uno de los banquillos con él, yo simplemente comencé a cambiarme sin intención de darle más vueltas a nada.

Para cuando acabé él seguía igual, concentrado en su teléfono sin hacer ni decir nada, como si no existiese nada más en aquel momento, dudé por un instante pero finalmente me decanté por decirle algo

-Voy saliendo- le avisé dándole un momento para responder antes de irme.

-¡Oh! claro, lo siento- contestó con aquella sonrisa forzada una vez más mientras dejaba el móvil a su lado y comenzaba a desatar sus patines. Estaba a punto de salir por la puerta cuando le escuché nuevamente -Oye Yuzu, sobre lo de antes...- detuvo la frase ahí por un momento, parecía pensar como debía seguirla -lo acabamos de hablar luego ¿sí?-

Asentí con un movimiento de cabeza mientras le mostraba una ligera sonrisa -claro- y seguidamente salí por la puerta.

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La siguiente vez que nos vimos fue en el banquete, estaba hablando con Evgenia cuando de repente apareció por mi espalda colocando su mano en mi hombro y colándose en nuestra conversación, a ninguno de los dos nos importó, sabía que para nosotros siempre era bienvenido; pero tan pronto como creyó oportuno dio el tema del que discutíamos por zanjado y comenzó a hablar conmigo a cerca del viaje.

-Por cierto Yuzu ¿te parece bien irnos mañana por la noche o prefieres alargarlo a pasado mañana?-

-Como tú prefieras, puedo adaptarme- en realidad ni siquiera se lo había comentado a mi madre aún pero sería raro que diese algún problema... o quizá no tanto...

-¿Ya volvéis a Toronto?- preguntó la chica extrañada

-No, Yuzu viene a pasar unos días conmigo a España- explicó Javier sonriente, pero esta vez se trataba de una sonrisa sincera y deslumbrante.

-Vaya, eso es impresionante- dijo devolviendole la sonrisa a Javi -espero que lo paséis muy bien juntos- deseó antes de que desde detrás nuestro un grupo la atrajese con un movimiento de mano para unirse a una foto y desapareciese por el momento despidiéndose con un movimiento de mano.

Después de eso seguimos hablando por un rato más a cerca del viaje y seguidamente nos unimos con el resto a "la fiesta".

Al día siguiente desperté tarde pero afortunadamente no había mucha maleta por hacer así que invertí el tiempo que había ahorrado en eso para explicarle la situación a mi madre, quien no acabó de estar del todo conforme por lo repentino que había sido, pero finalmente dejó de resistirse ya que iba acompañado por Javier a un lugar que él sí conocía bien. Y... ahora estaba allí junto a mi compañero, cometiendo lo que estaba seguro acabaría siendo un error, esperando un vuelo que seguramente me conduciría a una larga semana que, pese a todo, no podía negar que me hiciese ilusión.

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N/A: Gracias por leer y también gracias a todos los que os tomasteis la molestia de dejar un comentario en el capítulo anterior, me hacen mucha ilusión todos y cada uno de ellos <3
También siento tardar tanto en actualizar y esas cosas pero la verdad es que me cuesta conseguir el tiempo para ponerme a ello.
Espero que os haya gustado este capítulo, el anterior y los que sigan ¡nos leemos!

El precio del oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora