esta es la típica historia de amor pero con algo mas de acción por parte de los personajes Sheccid una chica problemas que llega junto con su hermano Nathan al instituto de Forks Whasintong porque su vida en Phoenix no ha sido facil tanto para ello...
Ya han pasado dos semanas de aquel accidente por así decirlo, que mas bien fue un intento de asesinato, pero gracias a eso encontré nuevos amigos, que después de lo que paso aun siguen con nosotros y por referirme a nosotros, es el estúpido de mi hermano, Taylor y Will, son unas personas geniales pero en especial la que ha estado conmigo casi todo el tiempo ha sido Sam me ha estado apoyando mucho lo bueno es que hoy salgo del hospital
-Espero no volver a ver a esa mujer, porque no se como responderé al verla, esta vez si se paso -dice Sam revisando mi armario- vaya mujer no tienes ropa vamos a Seatlle a comparte un vestido
-No gracias, pero no si el me quiere ver que sea como siempre me ha visto- Digo refunfuñando- no quiero ir hasta Seatlle por un vestido nada mas
-Mira yo también voy, ¿se te olvida señorita inteligente que yo te dije que fuéramos? ademas Nathan ya sabes no - si se que a ella le gusta mi hermano y la verdad hacen bonita pareja
Y así estuvo insistiendo hasta que por fin me convenció y es que yo no detesto comprar ropa pero tengo la suficiente como para ir a una cita con Tay, que tambien aprte de los chicos el me ha estado apoyando en todo lo que necesito...
- Que tal este- dice Sam enseñándome un vestido rojo - tu cara lo dice todo, descartado
- mejor lo busco yo- me encamino a la sección de vestidos juveniles y ahi es donde encontre un hermoso vestido color verde agua, con encaje de la parte de la cintura hasta los hombros y suelto de la parte de abajo
- Sam mira este
- Creo que has encontrado el vestido perfecto, midetelo
Y así lo hice, me quedaba perfecto ni muy corto ni muy largo perfecto para la ocasión, sali del probador y a Sam casi se le cae la mandíbula de la impresión
- por dios Sheccid te queda perfecto, vamos por los zapatos
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En la sección de zapatos había un sin fin desde zapatillas de plataforma, de tacón, tenis y zapatos de piso, pero unas zapatillas de tacon no muy alto negras con una cinta a la altura del tobillo me llamaron la atención
-Me llevo estas- digo viendo a Sam
- Muy buena elección señorita - comenta la vendedora
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