Sin destinatario

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—Esta aquí y me odia, sabía que esto pasaría. —le dije a Robin por teléfono.

—No seas ridículo, no te odia —escuché una voz de fondo, por lo que deduje que se encontraba con alguien—, dime exactamente lo que pasó, ¿le diste la carta? Insisto en que debiste de decírselo tú.

—Pues cuando me vió no estaba sorprendida de encontrarme a mi, dijo que ya sabía que no era Jack con el que estuvo hablando. Después le di un pequeño discurso y le di mi carta para que la leyera. Al final... Ya no me quería ni ver, se quedó en el parque sola y no se ha movido de su lugar.

—¿La espías? ¿Ya la estás acosando? —preguntó ella divertida.

—No seas ridícula, no la iba a dejar solo así, cuido que no le pase nada.

—Pobre Zev... Es por eso que Jack te llevaba la delantera ¿sabes? Tú siempre te quedabas a una distancia prudente solo mirando en lugar de actuar.

—Robin, cállate —cerré los ojos e intenté calmarme, después continúe mirando a Holly desde lejos—, necesito un favor. ¿Crees que podrías venir y hablar con ella?

—¿Qué? Oye, estaba teniendo un buen momento con Devon, estábamos a punto de pasar a lo mejor.

—Por favor... —supliqué. Escuché como suspiró.

—Esta bien, pero si Dev se enoja conmigo y vuelve a pensar que te prefiero más que a él, te voy a golpear.

Deje salir aire de mi boca aliviado, ella era mi mejor amiga, confiaba totalmente en que me ayudaría.—Gracias, eres la mejor.

Se despidió y colgué, después me fui del lugar deseando que todo se arreglara, en realidad, lo único que quería es que ella no se sintiese mal.