Sarah visitaba mi casa todos los días, y esta semana no fue la excepción, ya que mi padre - por primera vez- la había conocido. No puedo creer que después de 12 años entrando y saliendo por esa puerta, no supiera que ella vivía a pocas cuadras y que había sido mi mejor amiga desde que me perdí en el centro comercial. - El hombre no tenía idea de que alguna vez me había perdido. La cara de Sarah era lo que más gracia me causaba, de vez en cuando hacía muecas cuando mi padre no miraba señalando mi habitación. Luego del momento que para mi habría sido una eternidad, que por cierto no fueron más de 15 minutos, nos dirigimos hacía mi habitación a ver películas o simplemente reír de la trágica vida que yo tenía.
- Sar, ¿Cuánto quieres para cambiar tus padres por los míos? - ella solo rió.
- El te quiere, solo que aún no se da cuenta - dijo mientras acariciaba mi cabello.
- Espero que no lo note demasiado tarde.
Oí tres golpes en la puerta, y luego la cabeza de mi padre se asomó por la habitación, un silencio incómodo se hizo presente.
- _________, quería que supieras algo, la semana que viene, irás con tu suegra a arreglar detalles sobre la boda - dijo clavando su vista sobre mi.
- Sarah viene conmigo - lo afirmé totalmente.
- No lo creo posible...
- Entonces que tenga suerte con los preparativos - dije mientras volvía a recostarme sobre mi cama.
Sarah no habló, pero conociendo su personalidad, estaba segura de que ella estaría a punto de gritarle en cualquier momento.
- La llamaré aunque no me parece una muy buena idea.
- ¿Por qué debería arreglar mi boda ya suficientemente arreglada con una señora que no conozco y hace solo días se enteró de mi existencia, y no con mi mejor amiga y único apoyo? - sentí como exploté.
Sarah presiono mi brazo para evitar que yo me levantara, pero fue en vano, me paré tan pronto como pude. Mala idea, mi padre estampó su mano con fuerza ante mis mejillas, por lo cual caí débilmente al piso. Intentó ayudarme estirando su mano, pero no la tomé siquiera tuve fuerzas para levantarme.
- Hablaré con tu suegra para decirle que irán tu y... Sarah mañana por la mañana, no habrá cambios -dijo y salió furioso del lugar.
Las lágrimas que se acumularon en mis ojos no tuvieron la oportunidad de salir. Estaba tan acostumbrada a su rechazo y sus golpes que ya no me hacía el mismo daño que antes. Sarah me abrazó a tal punto de estrangularme, literalmente. Sonreí al saber todo el cariño que ella podía brindar, se había vuelto una parte fundamental de mi vida, y una de las razones por las que jamás me habría armado de valor para cometer estupideces.
- Calma _______, déjalo, cuando se quede solo notará lo estúpido que está siendo.
- Eso espero, Sar, eso espero. - sonreí amargamente - prepárate que mañana pasarás todo el día conmigo - ella solo asintió y sonrió para luego dirigirse a su casa.
La noche calló de golpe, y sin mi nana la cena era una asquerosidad no por la comida sino por la compañía. Mi padre decidió que yo ya no la necesitaba y la despidió. Lo odiaba por eso.
- ________, hablé con tu suegra, y dice que no tiene inconveniente en que Sora te acompañe.
- SARAH - recalqué mi voz.
- Ella - era obvio que no le importaba, pero aún así iba a hacer que aprendiera tal cual el nombre de mi mejor amiga.
La cena siguió el curso de toda la vida. Mis padres sólo cenaban conmigo si teníamos visita, pero desde que mi madre se había ido, mi padre decidió que cenaría conmigo; eso no incluía charlas padre-hija, ni el típico "¿qué tal tú día?" que Sarah odiaba de sus padres y que yo amaría una sola vez de los míos.
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Enseñame A Vivir - Zayn {adaptada}
Fanfictionjamás había estado segura de qué era exactamente "el amor", mucho menos si existía a primera vista, pero ahora no podría detenerme a buscarlo y acababa de darme cuenta que jamás resolvería esa duda, justo ahora, es imposible. Hija de un gran empresa...