Enseñame A Vivir - Zayn {adaptada}

Capítulo 3 'Cenas Existenciales'

La mañana pasó veloz después de que Sarah se había marchado, y el desayuno transcurrio en paz -mi padre no estuvo en el- y tenía que preparar algo descente para la cena, pues esta noche mi "prometido" vendría para cenar. Era buena en la cocina, había tenido mucho tiempo para aprender a cocinarme en busca de algo para hacer las incontables tardes libres, y mi nana y el cocinero sabían cómo ayudarme a eso. No tenía muchas ganas de cocinar ahora, pero debía hacerlo. ¿Lasagna y ensalada? No, definitivamente no se me antojaba. ¿Algo de carne y pasta? bien, eso me llamaba más la atención. Me dispuse a preparalo, y dejé un rato la carne. Fui hacia mi habitación y entré en el closet un rato a buscar algo descente. Un vestido negro con un listón a la cintura, ajustado de arriba y en pliegues por debajo, y unos zapatos de taco eran lo que planeaba usar esta noche. Tomé el vestido y lo extendí en mi cama, para después entrar en el baño y tomar una ducha de agua tibia. Lavé mi cabello con delicadeza y agregué un poco de acondicionador, retiré la espuma que se había acumulado y cerré las llaves de agua. Coloqué una toalla en mi cabello mientras salía hacía la habitación para colocarme el vestido y los zapatos. Ya eran las 8:35 y no dudaba del hecho de que Zayn fuera puntual, así que baje para finalizar la cena. Tal como pensé, Ashley -la nueva cocinera- se había encargado de continuar lo que yo había dejado, poniendo la carne en la pasta y dejandome el resto a mí. Salí a revisar la mesa del jardín, en la cual habían colocado unas velas, un mantel blanco y unas copas de vino.  Patético - pensé - Más bien, ridículo - sonreí para mis adentros y puse los platos. El timbre había sonado. No me había arreglado el cabello, y corrí escaleras arriba. De todos modos, no era la hora que había dicho, y según la madre de Sarah las damas podían llegar elegantemente tarde, o hacer esperar a los hombres. El recuerdo me hizo sonreír, y solté mi cabello. Lo sequé un poco y lo acomodé con tranquilidad. Coloqué algo de sombras y delineador en mis ojos, un poco de base en mi rostro y un delicado rubor en mis mejillas. No pinté mis labios, pues sabía que iba a comer. Bajé las escaleras y me encontré con mi padre hablando a Zayn. Ambos voltearon a verme al bajar, y ninguno quitó la vista hasta que llegué al pie de la escalera. Zayn besó el dorso de mi mano. Nada. No sentí absolutamente nada. Quizás algo de curiosidad y afecto, pero no amor ni cosquilleo. Nada.

-Luces hermosa -dijo mientras pasaba su brazo por mi cintura y caminabamos hacia el jardín.

-Gracias -dije y sentí un poco de calor en mis mejillas Una vez frente a la mesa, Carlie colocaba los platos y se marchaba hacia la cocina.

-¿Preparaste todo esto? -dijo mientras corría mi silla

-¿Te sorprende? -pregunté mientras me sentaba y lo veía caminar hacia su silla.

-Si, algo -confesó mientras tomaba un tenedor y comenzaba a comer. La cena pasó en silencio, pero fue un silencio agradable, pues no tenía nada que decir. Carlie volvió con una botella -imagino que era vino- y tres copas ¿tres? . Las colocó y me miró significantemente. Sirvió las tres copas, y después de dejar la botella, se marchó.

-¿Esperamos a alguien? -preguntó Zayn. Estaba por contestarle que no tenía ni la más mínima idea, cuando mi padre se apareció. Tomó lugar en una silla que Carlie puso para él y comenzó a hablar. -Zayn, como siempre es un placer tenerte aquí -y blah, blah, blah... no escuché más que las voces de ambos. Tomé el vaso y bebí un sorvo, pero la volví a dejar sobre la mesa, el alcohol no era lo mío. Terminé mi cena y me comencé a jugar con mis manos, mientras veía como mi "cita" pasaba a ser la de mi padre. Me levanté de la mesa sin hacer ruido, pude haber tirado la silla y aún así no lo habrían notado.  Caminé hacia la casa, y en el pasillo me quité los zapatos y lo que sostenía mi cabello. Entré a mi habitación, tomé mi pijama de polar,pues el clima había pasado a algo más frío, lavé mi cara y me metí bajo las frazadas de mi cama para poder conciliar el sueño. No tardé mucho en rendirme ante Morfeo y caer en un grado de inconsciencia, que ni aunque la casa se partiera en dos me despertaría. Mi teléfono comenzó a sonar, seguramente era la alarma... no, era sábado, y yo nunca ponía mi alarma para los sábados. Tomé el aparato y noté un mensaje de remitente desconocido. "_______, la cena fue grandiosa. Lamento no haber pasado el tiempo debido, ¿te gustaría salir hoy ? Z". Era simple, era de Zayn. Después de pensarlo un rato, y una pequeña mirada hacia el calendario que hizo que mi corazón palpitará, respondí el mensaje "Me encantaría, pero ya tenía planes. Nos vemos en dos semanas. __ " Después de apretar el botón "enviar" mis ojos volvieron al calendario. Sólo faltaban dos semanas para que tuviera que caminar hacia el altar, a una vida vacía, triste y sin amor...

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