12.- El regalo

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Bartemius Crouch Jr. nunca había estado tan estresado en toda su vida, tenía menos de setenta y dos horas para planear una velada romántica para Peter, además de que tenía que invitarlo primero, aunque considerando que no tenía mucho tiempo quizás seguiría el consejo de Reg y lo secuestraria, resulta que el cumpleaños de su bodoquito adorado era esa misma semana, el viernes para ser exactos.

- Cálmate Barty, según mi hermano aplazaran la celebración ya que ese día les toca hacer las pruebas para la academia de aurores- Regulus ya se estaba exasperando con el ir y venir del Slytherin.

- Además que si Pettigrew falla la prueba no estará con ánimos de festejar- el rubio abrió mucho los ojos y miro al pálido pocionista con expresión de espanto.

-¡Mierda! No había pensado en eso ¡Ahora tengo que hacer dos planes!

- ¿Dos?- Severus miro a su amigo como si se avecinara un terrible dolor de cabeza.

- Uno por si falla y otro por si lo logra y ustedes van a ayudarme- el rubio no les dio tiempo ni de echarle miradas envenenadas cuando se puso a repartir ordenes- Reg sácale toda la información que puedas a tu hermano sobre lo que harán ese día, Sev tu averigua los gustos de mi ratoncito- y así es como Severus Snape termino como espía en la guarida de los leones.

***

Los días siguientes fueron un tanto agitados... para el pocionista. Regulus lo había tenido fácil sacándole la información a su hermano ya que el joven Slytherin simple y sencillamente se lo pregunto de forma directa al merodeador, de modo que ya sabían a dónde irían el sábado para celebrar el cumpleaños del pequeño animago, solo faltaba el regalo.

Severus no lo estaba teniendo tan fácil, puede que haya hecho las paces con Pettigrew pero el animago aun se tensaba si se quedaba solo con el pocionista, de modo que no pudo sacarle mucha información el primer día, aunque al menos sabia de que sabor quería su pastel, cosa que Barty considero un triunfo de oro, pero él quería darle algo más espectacular que un pastel.

Ya habían pasado dos días, los merodeadores estaban con los nervios a flor de piel por las pruebas, a su peculiar manera cada cual; Lupin estaba irritable y mal humorado y a todo respondía con gruñidos, Potter emocionado retándolos a todos a un duelo de práctica, Pettigrew saltaba nervioso cada dos por tres y Black se veía más fresco que una lechuga...

Severus maldecía y envidiaba como se manejaba el pelinegro, pero no tenía tiempo que perder maldiciéndolo por su sobrada seguridad, tenía que conseguir información de Pettigrew, y dado que el pequeño animago no cooperaba tendría que tomar medidas drásticas, y ahora ahí estaba, husmeando con sigilo en la habitación del rechoncho mago en busca de pistas.

Hasta el momento solo había encontrado una nutrida colección de pornografía que a su parecer estaba muy censurada y ni siquiera debería calificar como tal, ya que la mayoría era de chicas voluptuosas, excesivamente maquilladas y prendas que enseñaban apenas lo justo, el pocionista decidió que omitiría esa información, Bartemius no la tomaría en cuenta de cualquier forma, así que siguió buscando hasta dar con una colección de género más familiar, eran una serie de cintas y discos, por desgracia no tenia donde escucharlos y mucho menos contaba con el tiempo para semejante tarea.

Sintiéndose derrotado el pocionista salió de la habitación del pequeño animago con los ojos puestos en las escaleras, los merodeadores habían salido pero sabía que no tardarían en regresar, pero tal parecía que aun no lo hacían, estaba a punto de soltar un suspiro de alivio cuando un carraspeo grave al otro lado del pasillo lo hizo girar sobresaltado.

Sirius Black estaba apoyado en el dintel de la puerta de su habitación con los ojos clavados en su Bellus, Severus podía reconocer un brillo peligroso en los ojos de mercurio del animago, y lo entendía, o al menos eso creía, el tampoco estaría feliz de ver a quien ha considerado su enemigo por más de siete años salir a hurtadillas de la recamara de uno de sus mejores amigos.

Retrato Al OleoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora