Ymir x Historia - Hasta el final

El bosque

Llevaba un buen tiempo buscando el momento indicado para salirse de la cabaña sin que nadie la viera. Ya estaba preparada y llevaba consigo lo que creía necesario para ese pequeño viaje ( Sólo lo tomaría prestado por unas horas). 

No podía negar que la sola idea de escabullirse, le daba una extraña sensación en el estómago, posiblemente si la encontraban se darían cuenta de que Ymir también estaba involucrada, y lo que menos quería hacer era meterla en problemas por su culpa. 

Sentía que cada uno de sus pasos producía un sonido estrepitoso, llegaba a considerar que por culpa de los latidos de su corazón sería descubierta; por más que tratara de ser cuidadosa sus movimientos eran torpes e iban a ser los culpables de su posible castigo ante Shadis. "Vamos, Christa, cálmate. Lo único que tienes que hacer es no tropezar ni dejarte ver hasta llegar al comedor. Lo haces todos los días, ¿qué tan difícil puede ser ahora? "

Por fin, logró llegar al exterior del comedor. Al inicio no vio a su compañera y creyó que había llegado muy temprano o todo lo contrario, "qué cabeza hueca". Después atisbó una figura que se apoyaba tranquilamente contra un árbol en la lejanía, no podía llamar menos la atención que de aquella manera. La figura de Ymir era bastante imponente desde donde se encontraba, seguro que cualquiera se llevaría un susto si le vieran de aquella manera en la noche. 

Se acercó al lugar con la misma cautela con la que había llegado y saludó a la más alta en voz baja. Al parecer este gesto le causó un poco de gracia y para molestarla, habló con un tono más alto de lo normal y comenzó a reír. ¿Se había preocupado tanto para que terminara siendo algo casual? Parece que a Ymir no le interesaba mucho ser descubierta, o simplemente ya lo tenía todo bajo control; en realidad no estaba del todo segura pero confiaba en su amiga y esas bromas le hacían sentir segura (aunque atraían todo lo contrario).

-¿ Quieres apreciar este árbol una hora más o nos vamos?. -Dijo la morena con su tono irónico. - Por mí no hay problema. Para ser sincera, este árbol es una obra de arte. Sólo mira ese tronco tan firme. - Christa soltó una sonrisa sin poder evitarlo y la empujó gentilmente hasta el interior del bosque.

Era un ambiente contrario al que se percibía en los campos de entrenamiento. Todo era tranquilo y lleno de vida. Habían pasado una que otra vez por allí corriendo con el propósito de mejorar la resistencia de muchos de los reclutas, pero jamás se habían detenido a contemplar lo que les rodeaba y merodeaba. Los soldados pasaban jadeantes al lado de cada árbol, estaban atentos de cada uno de los pasos que daban para que no fueran pasos en falso, buscaban con la mirada el lugar al que tenían que llegar y rogaban por alcanzar el mínimo de tiempo para que no los castigaran de una manera algo absurda; disciplina; el bosque sólo era una herramienta para mejorar su rendimiento físico y así salir y tener la certeza de que al menos quedarían con los mejores soldados, mientras os otros... Bueno, podrían llenarle el estómago a un titan, aunque los titanes no se llenan... Así era la vida. 

Asombroso, inquietante. Pasaban tantas veces por ese lugar y nunca abrían los ojos; estaban cegados por una victoria inalcanzable para muchos y menos imposible para otros. " ¿Algún día ganaremos la batalla? Siempre se lo quiero preguntar a otro, pero tengo miedo de que me responda con algo realista; tengo miedo de que todos sientan el temor que a veces me hace pensar las cosas dos veces y recapitular. ¿Actúan porque tienen una leve esperanza o porque no tienen más opción? " .