Colapso

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¡Un saludo! posibles lectores, tengo poco escribiendo así que ruego porque no tengan expectativas muy altas, es mi primer fanfic... se me ocurrió muy de repente, perdón si se nota que esta poco estructurado también dispensen las posibles faltas de ortografía, en fin tengo planeado que sea un historia corta dos o tres capítulos máximo, cualquier comentario es bienvenido, gracias por leer, disfruten.


Odias a Nayeon porque no la comprendes.

Ni siquiera lo has intentado. A veces los monstruos se alimentan de la incomprensión.

El tan solo mirar su ceño fruncido, su postura de superioridad y su mirada arrogante te causa nauseas, pensamientos de repulsión llenan tu cabeza y te niegas a entablar una conversación con ella y si este no es el caso la otra alternativa será tratarla mal sin razón alguna porque ya te has puesto a la defensiva.

Pero te irrita aún más que ella sea tan atractiva, que su mirada serena te hipnotice y que todo le salga bien.

Elegante e inmutable, su seriedad le suma misterio y tu amas el misterio, pero te mientes diciéndote que no tiene nada que esconder, siendo una niña mimada que ha tenido todo desde siempre, no necesitas entrar en la mente de una persona tan grosera y despiadada como ella, no te interesa la psicología de un monstruo.

No sabes qué le divierte pues nunca la has visto sonreír y son incontables las cosas que detesta porque el enojo prevalece en su comportamiento, oraciones hirientes y humillantes incluso para sus amigos, su lengua parece no medir las consecuencias de quedarse sola. Sabes que es imposible que se quede sola... la razón es bastante básica, siempre habrá lamebotas en este mundo.

Ese es el proceso de pensamiento de una mestiza, básicamente es lo que me pasa a mi cada vez que la veo.

Es huérfana, fue adoptada en sus primeros años de vida por una familia sumamente importante, su destino estaba escrito, niña con suerte o desafortunada, carga un peso que no se puede medir, ese carácter forjado es el de un sobreviviente pienso algunas veces, la miro de nuevo y se me olvida.

-¡Tanta plata y no has podido pagar unas clases de modales! –exclame, cuando chocamos y derramo la bebida encima de mi

Sorpresivamente nunca la he visto ser grosera con una mujer, siempre ignora reclamos y regala miradas penetrantes de dudoso significado, solo ganas eso, silencio y un escalofrió en la espina que me deja intranquila. Sumamente irritante.

-Mina, un día de estos te ganaras la ira de esa familia, no te conviene ser tan impulsiva –me dice Momo una de las meseras que atiende el lugar, me limito dedicarle una expresión de fastidio para que vea lo poco que me importan las consecuencias, ella se retira negando en desaprobación.

No sé como pero siempre me encuentro de nuevo mirándola con una extraña devoción, sus ropas elegantes que resaltan sus rasgos y la limpieza de su presencia, cabello intensamente negro que hace contraste con su blanca piel, todo su lenguaje grita "despreocupada" mientras mira de reojo, con poco interés lo que sucede a su alrededor, es tanta la gracia que guarda en un solo movimiento que me roba un suspiro al mirarla levantar la taza de té que termina en sus perfectos labios.

Nunca entenderé que pasa por la mente de los nobles siempre cambian, para mal, conocen y jalan todos los hilos detrás de la economía del reino, cada vida solo es una pieza de ajedrez en su tablero y uno no sabe cuándo será requerido para morir por el bien común... razón con la que se justifican, se sabe que los padres adoptivos de Nayeon siempre llevan la contra al rey enfermo, incluso se murmura que ellos son quienes lo matan lentamente, se las han arreglado lo suficiente para dar razones de destronar al presente régimen, muchas personas ya se empiezan a quejar y apoyan al padre de Nayeon.

Psicología de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora