Antes de que todo termine

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El capítulo pasado contiene un párrafo más, me acabo de fijar que se borro, una disculpa, corregí algunos errores también, gracias por leer <3

Un movimiento a mi costado me distrajo de la mirada del gato, olvide mi sueño en el segundo que vi a la mujer tendida a mi lado, me quedé sin aliento ante aquella escena, su cuerpo iluminado por la luz del sol, la imagen más pura y fiel de su ser se me estaba revelando.

Me acomode en mi lugar, buscando el ángulo perfecto para mirarla, después de unos minutos Nayeon comenzó a moverse perezosamente, soltó un suspiro y abrió los ojos lento, sus pupilas se acostumbraron a la luz y me miro, mi corazón latió en miedo, temí que me viera como si fuera un error, temí que en sus ojos se dibujara la indiferencia que cargaba a diario, temí que sus pupilas se vaciaran, todo en un segundo, un miedo tan real en tan corto periodo de tiempo.

Sus rasgos se suavizaron y un espectro de sonrisa se dibujó, su mano alcanzo mi rostro y lo rozó levemente, llegó a mis labios, sentí en ellos su pulgar, se acercó, me acerque y envolvió sus brazos en mi cuerpo, acaricio mi espalda desnuda mientras yo sentía el latir de su corazón.

Pasamos unos minutos de esta manera, mi corazón se sentía lleno y feliz, el olor de su piel me atrapaba en su realidad, pero después comenzó a alejarse evitando mirarme, comenzó a vestirse en silencio, noté que su mirada dura había vuelto, sus movimientos tirando a la arrogancia, una furia enorme se apoderó de mí.

-¿No vas a decir nada? –solté más agresivamente de lo que quería, detuvo en seco sus movimientos, soltó un bufido, casi risa, volvió su cabeza a mi dirección en un rápido movimiento

-Me dirás... ¿Te amo? –dijo... tensó visiblemente su mandíbula para después formar una sonrisa desafiante

-No, pero sí diré que si escapas de este lugar que ya no tiene nada para ti... me lleves contigo –sonrió triste mirando el piso

-¿En serio no sabes qué es lo que sigue? –su voz sonó suave y casi se quebra en llanto, un segundo después endureció su rostro y carraspeo

Negué mirándola confundida

-Perdí el honor... debo morir –el tono frío con el que lo anunció heló mis huesos- en manos de Chaeyoung si es posible, sino lo haré yo misma

Mis ojos se humedecieron porque pude comprender sus razones, por esto mismo sería casi imposible convencerla de no morir

-¿Que honor podría tener tu familia? Lo único que causa son desgracias ¿existe el honor aún bajo esas circunstancias? –se lo grité todo, llorando

-Cometí traición y ni siquiera pude terminarla... es patético

-¡Chaeyoung te perdonara! Ella no le dirá a nadie

-Si ella me perdona mi padre no lo hará

-¿Eres idiota? ¡Cómo puedes llamar padre a un monstruo como él! –ya había perdido el control, camine hacia ella dando débiles golpes en su pecho, pues toda mi fuerza se encontraba deseando que se quedara conmigo

-¡Yo también soy un monstruo! ¿no lo entiendes? He hecho las mismas cosas que él ¿qué me hace diferente? ¿Qué me amas? ¿Es eso? –exclamó tomando mis brazos con fuerza, un jarrón estrellándose contra el piso nos hizo desviar la atención, el gato había entrado por la ventana, se miraba astuto como si hubiera empujado el jarrón con intención, Nayeon se dio cuenta de su agresivo agarre y me soltó sorprendida, yo estaba sumida en recuerdos, flashbacks del sueño que tuve con la madre de Nayeon.

Caminó a la puerta dispuesta a salir, musitó un –gracias- al mismo tiempo que abría

-Tiffany –dije como si fuera la palabra clave para llamar su atención, funciono, ella se detuvo en el marco de la puerta esperando que dijera algo sin volverse.

-Ella estaba enamorada de Jade la bruja, su verdadero nombre era Taeyeon, tu madre sabía quién era y lo que hacía, dejó que asesinara decenas de hombres... incluso a su propio tío, nunca la juzgo, reclamo o trato de cambiarla, ni siquiera trato de entender sus razones, la adoro como si Jade la bruja no existiera, hasta el último día de su existencia deseó haberse ido con ella, vivir solo un año más amándola como nunca para después morir a su lado

Nayeon cubrió su boca con la mano entregándole un sollozo ahogado, me di cuenta que también sabía la historia de su madre, pero solo se fue, dejando un extraño frío en la habitación, un vacío indescriptible que no tenía tiempo o espacio, tampoco era tangible ni se podía destruir, abracé mi cuerpo aún desnudo, el gato me miró casi amable después la siguió y supe que Taeyeon la estaba cuidando, eso me hacía sentir un poco tranquila.

Psicología de un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora