Capítulo 2
-Darcy-
Darcy era una joven de 17 años. Vivía sólo con su padre y su abuela, apenas tenía amigos. En realidad, no tenía. Simplemente se juntaba con gente, a veces ni recordaba sus nombres. Así era mejor, sin atarse a nadie, sin nadie a quien poder echar de menos o por el que llorar. Le gustaba que fuera así.
Era guapa, muy guapa, aunque poco le importara. Era pequeña, por debajo de la estatura media, menuda y con un cuerpo también pequeño pero como se decía 'buenas curvas', tenía el pelo largo castaño y ondulado con mechas negras. Llevaba siempre los ojos maquillados de negro, pero no usaba más maquillaje que ese. Su estilo a la hora de vestir era peculiar, y no se puede definir de otra manera, pero no por ello desentonaba o se hacía excéntrica. A ella le quedaba perfecta.
Era fría, solitaria, guapa, misteriosa, joven, descarada... No era una chica común, eso desde luego. Y todo tenía que ver, con el gran secreto que guardaba su sonrisa.
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Darcy bajó del bus con deliberada lentitud, haciendo caso omiso a las quejas de detrás. Suspiró y Abbey se le acercó dando pequeños saltitos. Darcy reprimió el impulso de poner los ojos en blanco.
-DARCY.
La pequeña sonrió falsamente, inclinando levemente la cabeza hacia un lado y esperó a que su amiga llegara a su lado. ¿Era su amiga? Bueno, Abbey se autodenominaba así, y de hecho era la única que seguía al lado de Darcy después de que terminara el curso pasado, todo un logro y ninguna sabía por qué.
Realmente no le tenía ningún aprecio pero tampoco la necesidad de echarla de su vida, lo cual podría acabar poniendo las cosas muy feas.
-Me ha llamado Damian, quiere que volvamos a salir -le practicamente chilló Abb entusiasmada, sacándola de sus pensamientos.
- Geniaaaal -alargó la 'a' dándole ironía de más a la palabra. Abbey decidió ignorar su comentario y siguió sonriendo feliz.
Sin decir nada, Darcy cambió de dirección y se metió en su clase. Sin despedidas, por lo que es probable que Abbey siguiera hablando sola un buen rato hasta que se dió cuenta de que su amiga ya no estaba.
Se dejó caer en la mesa junto a la ventana y se apartó el pelo echándo una ojeada a sus nuevos compañeros. Pilló a uno mirándola, Logan Carter. Llevaba con ella en clase desde parvulario pero nunca había hablado, lo cual le pasaba también con Michael, Sarah y muchos otros con los que llevaba años en clase y jamás había hablado. Para ella no era nada raro. No le gustaba demasiado la compañía.
Miró un segundo a Carter antes de desviar la mirada hacia sus libros aburrida. Pensó en el chico que seguía mirándola, era increíblemente guapo, tenía una sonrisa de ensuño y un cuerpo que quitaba el hipo. Lo cierto es que era todo un partidazo. Sino fuera porque tenía una larga lista de chicas a las que había hecho demasiado daño, en la lista se encontaban los cuernos, las mentiras, las dobles relaciones, las tiples relaciones, las apuestas, las bromas y muchísimas cosas más
Quizá era lo que Darcy buscaba, al fin y al cabo, era una adolescente, no estaría mal estar con un chico y experimentar. Y si era Logan Carter tenía la seguridad de que no habría malentendidos, ni enamoramientos ni situaciones incómodas. Se mordió el labio pensativa.
No sonaba mal, admitió jugueteando con un bolígrafo y sin escuchar al profesor. No sonaba nada mal.
Salió de clase de camino a inglés aun pensando en ello, Logan iba delante suya y no la veía. Suspiró, no estaba segura. Había mucho en juego.
Soltó todo el aire que llevaba dentro, esto era una mierda. Buscó en su bolso la cajetilla y salió un momento a fuera aprovechándo que la profesora siempre llegaba tarde. Se apoyó en un árbol cercano que la tapaba y se encendió el cigarrillo.
La mañana pasó jodidamente lenta hasta que tocó la campana del almuerzo. Lo cual le apetecía tan poco como las demás clases. Abbey la esperaba en la puerta de clase y se enganchó a ella para ir a buscar a no-sé-qué-personas que había conocido y que parecía ser su nueva pandilla.
Se sentaron en la mesa junto con Becca, una chica morena de sonrisa blanca y oyuelos, con Austin, un rubio con pecas y ojos azul llamativo y bastante bonito y con Alexie, una chillona joven que le recordó bastante a Abbey.
Darcy sonrió fugazmente a los tres, se cruzó de brazos y dejó caer un suspiro de sus labios. Rodó los ojos con aburrimiento mientras fingía escuchar habla a Becca de como Maxxie Odell le había hecho ojitos en el pasillo apesar de que salía con Sarah... Darcy desconectó y dejó de oír una sola palabra cuando sus ojos castaños coincidieron con los oscuros ojos verdes de Logan. Esta vez algo la dejó colgada de ellos y no apartó la mirada.
Recordó sus pensamientos a primera hora e inclinó levemente la cabeza con interés. Fue entonces cuando un chico rubio, Michael, le dio una colleja a Carter y rompió el contacto visual entre ambos. Ella volvió a dirijir sus ojos al plato y cuando levantó la cabeza, cazó a toda la mesa 13 mirándola. Pasó totalmente del detalle y sacó su teléfono para ver una llamada perdida de su padre. Apagó el móvil cansada y volvió a suspiar de nuevo.
Se sentía agotada sin razón. Sólo quería dormir y rezó para que las dos horas siguientes se le pasaran ráido y para que su padre no estuviera en casa cuando ella llegara.