(Casa y habitación de Kellin. 5:35 pm. Sábado por la tarde. Una cita, nervios y jirafas en el estómago.)
¿Alguna vez han sentido esa horrible sensación de nervios, cómo si las estuvieran devorando por dentro? Como cuando tus amigas te retan a hablarle a tu crush y tú a fuerzas debes hacerlo porque sino quedas como una total cobarde. Los nervios inundan tu ser, haciendo que tu estómago se revuelva, y que por alguna extraña razón, siempre terminas haciendo una estupidez delante de ese chico o chica que te gusta, ¿Todo por culpa de quién o qué? Primero que nada por tus amigas, y segundo, por esos malditos nervios que sabes nunca van a dejarte cuando se trate de hablarle a tu crush.
Si ustedes han pasado o sufrido por esto, entonces saben exáctamente como es que Kellin se siente justo ahora.
Las manos le sudaban, las piernas le temblaban, mordía sus labios cada segundo y ese horrible, frustrante y odioso tic en el ojo derecho había regresado.
¿Y si todo salía mal?
¿Y si terminaba haciendo una estupidez?
¿Y si le pasaba lo mismo que en secundaria? ¡Él sólo se había estirado por una servilleta y el batido había terminado en los jeans de su pobre cita!
Dios, ese chico seguramente terminó odiandolo.
De acuerdo, debía asegurarse que en esta cita no hubiera batidos, o que por lo menos esta vez las servilletas esten junto a él.
¿Y si no había escogido el conjunto de ropa adecuado?
¿Debería cambiarse?
¿Ducharse de nuevo? ¿A caso olía mal y él no lo notaba? Por favor que no fuera así porque sino ¡Que vergüenza!
¿Y si Vic se arrepentía?
-¡Dios, Kellin, por favor! -exclamó en la soledad de su habitación. -Sólo es una cita... Con el chico que amas... Y que antes te odiaba, ¿Qué podría salir mal?
-¿Otra vez hablando solo?
El ojiazul dió un pequeño brinco seguido de un chillido cuando escuchó la voz de su madre a sus espaldas.
Recargada sobre el marco de la puerta se encontraba Mary. Observando divertida a su hijo, con una sonrisita burlona decorando sus rosados labios.
-Dios, mamá... Me espantaste. -suspiró el pelinegro, llevando una mano a su pecho, intentando regular su respiración. -¿Cuánto tiempo llevas ahí? -preguntó.
-¿Aquí? ¿Viendo cómo caminas por toda la habitación murmurando cosas, como león enjaulado?... Como 15 minutos. -respondió la mujer encogiendose de hombros. Suspiró, caminando hacía su hijo, sonriendo con dulzura. Tomó las manos del ojiazul entre las suyas, repartiendo dulces caricias en el dorso de estas. -No tienes porqué estar nervioso, cariño. Todo va a salir bien, Vic no se arrepentirá. Estás actuando como toda una niña adolescente, Kellin.
El nombrado bajó el rostro, sus fanales azules fijos es sus zapatos. Sus dientes cepillaron su labio inferior cuando un fuerte suspiro salió de su boca, desestenzando sus hombros y relajando su cuerpo. De cierta forma las palabras de su madre habían logrado tranquilizar sus nervios un poco.
Sin embargo, esa sensación que provocaba todas esas emociones encontradas dentro de sí, haciendo que su estómago se revolviera, seguía ahí, a veces logrando que su conciencia se removiera, haciendo que recuerdos no bastante buenos o bonitos, atacaran su cabeza.
ESTÁS LEYENDO
" Lies On Facebook"-- Kellic Quentes
FanfictionSeguramente tú en alguna ocasión has sido atrapado o atrapada por alguien que vive a kilómetros y kilómetros lejos de ti. Seguramente tú también te has enamorado de alguna persona que conosiste en alguna red social, no importa cuál sea, Facebook, Tw...