Ugh... Siento como si hubiera tomado las pildoritas roja y azul de Matrix juntas. ¿Dónde estoy? ¿Estamos en la base de una sociedad anarquista? La verdad que nunca supe el significado eso, pero es para darle un poco de filosofía a mis palabras.
Miro a mi alrededor, donde solamente hay un par de camillas. Claro, la enfermería, debieron haberme traído después de mi casi muerte en medio de todo el salón, y uno tratando de ser cool...
—¡Al fin despertaste!— Suelto un grito de niña pequeña, vaya susto me ha dado. Me habla una chica de piel blanca, ojos color marrón grandes y bien abiertos, cabello suelto de un color castaño claro que le llega a la mitad de la espalda, o al menos eso se puede observar. Es super linda.
—Ehmm, ¿Y tú quién eres?— Maldición, creo que soné un poco irrespetuoso. Tal vez me considere el chico malo de la institución, ¿le gustarán ese tipo de chicos? Porque puedo actuar de una manera sorprendente.
—Me llamo Abby, pero puedes llamarme Abby.— ¡Me dejó llamarle por su nombre, guau! Está sentada en una silla al lado de mi cama. Y es realmente incómodo.—Soy la representante de nuestra clase.— Aaah, es la jefa... Espera, ¡¿What?! ¿Está en mi salón? Tanta belleza a pocos pasos, y yo sin saberlo...—Me dijeron que viniera a cuidarte mientras la enfermera estaba fuera, y aquí estamos, Dan.— Eso, cuídame más, nena, grr... Aunque mi nombre no es Dan, sonó genial cuando lo mencionó.
—Supongo que gracias, ¿Me puedo ir ya?— Realmente no sé si podré tener una charla con esta chica, necesito mi equipo de rescate al lado.
—Si, pero tengo que ir contigo por si te desmayas como princesa de nuevo.—No podría ser más humillante.
Me levanto del colchón (que por cierto, es bastante cómodo) y me decido a ir a la cafetería. Es hora del almuerzo, lo sé porque huelo las salchichas asadas, las más olorosas del planeta entero.
Camino al lado de... Ya se me olvidó su nombre, le preguntaré de una manera bastante discreta.
—Y, ¿Cuál es tu nombre completo?— Esta es la técnica definitiva, la perfeccioné y ahora la pongo en práctica.
—¿Acaso olvidaste mi nombre?— Claro que me falta darle un toque final, pero... ¡Esta mujer es una maga! ¿Será un Jedi? Es demasiado linda, seguro que oculta algo. Tal vez sea una psicópata, y al terminar el día me mate para coleccionar mis ojos. Creo que he visto demasiadas películas.
—Me siento indignado.— Pongo la mano en mi pecho, como si estuviera herido.— Pero tienes razón, no recuerdo cual era.— Ojalá que no tenga navajas.
—Abby.— Dice mientras se acerca a mi oído.— A-B-B-Y.— ¿Era realmente necesario susurrarlo de una manera sexy?
—Ahora no lo olvidaré.— Creo.
Ingresamos en la cafetería, que, como siempre, está repleta de personas. Observo a tres personas que de están sentando que hacen cuernos con las manos, seguro que son mis amigos, no hay nadie tan raros como ellos. Me aproximo a la mesa, al mismo tiempo que tengo un presentimiento de que algo saldrá mal.
—¡Daniel, sigues vivo!— Grita Matt, levantando su mano para saludar. Llego hasta donde se encuentran y me miran consternados.
—Hola feos, desmayarse no se siente muy bien que digamos.— Me siguen mirando.— Y ni siquiera fueron a ver si mi salud era buena.— ¡Me siguen observando con cara de bobos! O será que... Debe ser eso, ¡tengo un moco en la nariz y no quieren decirme!
—Hola, soy Abby. A-B-B-Y.— Seguro que se resiente por olvidar su nombre.
—Hooola Abby.— Hay no, responden al mismo tiempo, esto signfica que están listos para ayudarme. Necesito que me hagan quedar como un chico serio o malo, así que bajo los pulgares con discreción. Asienten con la cabeza, todo esto en menos de 3 segundos. Estamos listos para ejecutar el plan.
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Game Over [Powered]
Science FictionQue tu mente se obsesione con un simple juego, ¿Sería bueno?¿O tendría repercusiones? Daniel es un chico de 16 años, el cual es un fanático de las armas en juegos. Simplemente, es para lo que vive: divertirse disparando mediante una consola. Toda fo...