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Capítulo 5

—Hay que participar, jamás hemos estado en un torneo así—. Noah no se equivoca, será inmensamente divertido.

—El destino nos llevó hacia esa televisión en la calle, no hay que desafiarlo—. Dice Matt.

—Pero lo más seguro es que sea fuera de la ciudad, y no somos mayores. Alguien nos tiene que llevar.

—Tendrían que ser los padres de Andrew ó el papá de Matt—. Expone Noah.

—Sería bonito, porque mis padres están por todas las partes del país, pero son tan tacaños que no querían llevarnos.

—Entonces, nuestra última esperanza es el señor jefe de Matt—. Escalofriante de tan solo pensarlo, pero es lo único que tenemos.

—Lo mas seguro es que tenga trabajo, y no querrá hacerlo aunque estuviera libre.

—Sera decidido después, jóvenes.

Los cuatro soltamos un grito agudo, al mismo tiempo que volteamos a very quien es el osado que se atreve a interrumpirnos. Uy, es el profesor Martinez. Hasta done nos contó, proviene de Mexico, la tierra de los sombreros grandes.

—Buenos días, señor.

—Buenas, Matt.

—Nos asustó demasiado. Tiene que pensar otra forma de aparecerse en la escuela.

—Como sea, vuelvan a sus pupitres que daré comienzo a la clase. Y, usted señor, vaya a su clase.— Señala a Andrew.

—Como quiera.

Damos pasos rápidos y tomamos asiento, al igual que todos los alumnos presentes. Matt tiene una habilidad especial para llevarse demasiado bien con los maestros. Éste en concreto es el menos estricto que tenemos.

Lo miro con pereza. Es de mediana edad, se nota por su cabello oscuro que es un poco largo. No tiene nada de barba ni bigote, y eso logra darle um aspecto más joven. Su cuerpo esbelto siempre lleva una camisa de mangas largas con un pantalón de vestir negro. Bastante galán, a decir verdad.

—Shh... Ehh... Daniel—. Giro y observo a Noah, que está sentado detrás mio.

—Shh, dime

—Shh, si los mejores irán a ese torneo, significa que 'Four Guions' estará allí, ¿no es cierto?— Eso es justo lo que pensaba al ver el anuncio en la calle.

—Correcto, tengo miedo y emoción a la vez. Debería ser presencial, para que muestren sus caras.

—Podrás interrogarlo acerca de si tiene idea de lo que te pasa, al fin y al cabo sueñas con él—. Nos miramos, sabiendo lo raro que se escuchó—. Aparece en tu mente.

—Si, se aparece—. En estas situaciones hay que dejar de creer en casualidades, es demasiado como para ser una—. Lo raptaremos y lo golpearemos hasta que confiese.

—No puedes, eres pacifista y la religión del pacifismo no permite eso.

—Entonces le preguntaremos normalmente.

—Okey—. Se reclina lentamente en su asiento.

Puede ser que estemos haciendo el ridículo y solamente es una tontería, pero el tema de mis desmayos no tiene explicación. Más allá del sueño ó el hambre, no hay nada lógico. Habrá que esperar un poco de tiempo para descubrir todo el nudo. 

►►►

De camino a casa, charlamos sobre lo aburrido que es ir a la escuela, como casi todos los días.

—¿Porqué estudiar historia si todo lo que se menciona ya pasó?

—Matt, todos se preguntan lo mismo—. Contesto.