Capitulo 1: El tiempo

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15 de Enero de 2016

Hace cerca de tres meses que no escribo ninguna palabra en estas páginas, puede que sea el tiempo, que nos consume a todos para hacer las cosas correctas mientras que dejamos lo mas apasionante de la vida para mas tarde y lo resumimos todo en una simple frase "ya habrá mas tiempo"

¿ Crees que habrá mas ? Tarde o temprano nuestro tiempo se va a agotar, nada es para siempre, o al menos, eso me dijeron. Desde entonces, no creo en la eternidades, eso solo son cuentos de Disney creados para ilusionar a los niños y que no entiendan lo que significa "ser real"

No se que me ha animado a dejar mi importante y valioso tiempo en deshaogarme con palabras alineadas en un orden exacto para que todo tenga sentido, como las constelaciones que los pueblos de Oriente o incluso astrónomos griegos habían creado, trazando lineas al azar, cualquier noche, en la que el tiempo estaba de su parte.

A escasos minutos de entrar al trabajo, estoy aquí, hablando de astros y del tiempo, sin ni siquiera entender aun, que significa, llegar a tiempo.

**

Llegue a mi trabajo, no puedo prometer que llegue exactamente a la hora justa, el tiempo se me fue de las manos, entre sin que nadie se diera cuenta, acto inútil por mi parte ya que en aquella tienda de musica sólo eramos dos personas además del jefe y todo se encontraba usualmente en silencio.

Marcus: Me gustaría entender el porque siempre llegas tarde.

Lauren: Fue...Cuestión de tiempo, supongo.

Marcus: Dime al menos que me traiste lo que te pedí.

Lauren: Claro, siempre cumplo, ya lo sabes.- Dije dejando la mochila en el mostrador- aqui tienes, un juego de cuerdas y una caja de púas.

Marcus: perfecto, iré a ordenar todo, mientras ayuda a Dinah a limpiar bien los instrumentos, que ya sabes lo desastre que es.

Dinah: la tienda no mide tres millas, te he escuchado Marcus

Lauren: dejalo, al fin y al cabo, tiene razón

Dinah: odio cuando estas así de filosófica, eres repelente

Lauren: al menos puedo limpiar una guitarra sin romper ninguna cuerda

Dinah: vete a la mierda Jauregui

Dinah era mi compañera de trabajo, no llegaba a mas, no la consideraba una amiga o alguien con quien contar cuando estoy mal, es demasiado imbécil cuando le apetece.

Hacía ya media hora que estábamos limpiando y quedaban aun diez minutos para que las puertas se abrieran y la rutina comenzara, chicos y chicas de edades aleatorias entraran a mirar, a reír y se irán, aquella mujer de la tienda de enfrente entrará a hablar con Marcus  sobre como somos los adolescentes, una pareja vendrá y tocaran algo en conjunto y desaparecerán, pero nunca nadie entra a comprar nada, aunque yo tampoco entraría, sabiendo a quien tienen como dependienta, y no, no estoy depresiva y me estoy refiriendo a mi, me refiero a Dinah.

Hoy entraron tres personas de edades muy distantes dos de ellas a mirar, y la última hizo un intento fallido de comprar una guitarra, al parecer para su hija.

Señor: perdone, quería comprar esta guitarra para mi hija, no estamos bien económicamente pero es lo mejor que tengo y quiero hacerla feliz.

Dinah: esa no está a la venta.- dijo limandose las uñas- ninguna esta a la venta

Señor: pero, esto no es una tienda de musica?

Dinah: quiere dejarme en paz, pesado, Como siga comprando guitarras le van a quitar la casa

Señor: no pienso volver mas a esta tienda, y me encargaré de que nadie venga.

Dinah: me alegro, ahí tiene la puerta.

A eso me refería, siempre es tan jodidamente impertinente, y Marcus nunca hace nada.
Mientras, yo siempre me quedo callada, leyendo en un rincón, esperando a que algo inesperado me pase, que alguien haga que todo esto cambie.

Había leído cerca de tres poemas ya y nadie había entrado, cosa que en lugar de extraña me pareció algo normal, además, tampoco es que me importe mucho toda esta situación, solo vengo aquí para despejarme y no pensar en mi patética vida.

Eran cerca de las dos de la tarde y ya era hora de cerrar, habia pasado el día demasiado lento y quería poder llegar ya a casa y dormir un rato.
Mientras mi mente estaba sumergida en otro espacio tiempo, la campanita de la puerta resonó en la habitación, indicando que alguien en el último momento, antes de que se le acabara el tiempo, entró.

Dinah había ido a recoger unas cosas con Marcus a la calle de enfrente, así que solo estábamos aquella extraña chica de ojos chocolate y yo.

Chica: Hola, perdone estaba buscando una guitarra

Lauren: no me trates de usted, no soy tan mayor, ¿acaso lo parezco?

Chica: No, para nada, yo diría que mas que mayor pareces madura

Lauren: Solo la fruta madura, chica castaña

Chica: "chica castaña"- dijo haciendo comillas con sus dedos- Me llamo...

Lauren: No- dije interrumpiendo sus palabras- no me lo digas, yo lo adivino

Chica: esta bien, adelante, intentalo

Achine mis ojos y miré los suyos, como si pareciera que le estaba leyendo la mente en esos momentos, muchos nombres pasaron por mi cabeza pero ninguno se me hacia bonito para aquella chica

Lauren: Te llamas...Ashley

Chica: ese nombre parece de cualquier serie americana de instituto

Lauren: si, tienes razón, soy demasiado patética- dije riendome- entonces ¿cómo te llamas chica castaña?

En ese momento la campanita de la puerta volvió a sonar, giré rápidamente mi cabeza para ver que eran dos imbéciles entrando en la tienda.

Marcus: perdone, señorita, estamos ya cerrando tiene que irse

Lauren: tranquilo, solo venia a por una guitarra

Marcus: pues que venga mañana, ya hemos cerrado, adiós

Lauren: Pero Marcus, que te cuesta...

Marcus: Lauren, ya esta, no me discutas estas cosas, soy el jefe y no hay mas que hablar.

Chica: por mi no te preocupes, vendré mañana, tengo ganas de tocar ya la guitarra

Lauren: Oye.- dije justo cuando la castaña se estaba dirigiendo a la puerta- toma, te lo regalo.

Dejé caer una púa color rojo en sus suaves manos, a la castaña se le escapó un sutil sonrisa lo que hizo que algo en mi se activara, nunca había visto una sonrisa tan bonita

Chica: no tienes por que dármela

Lauren: Es tuya, para que así, me perdones por no haberte podido dar la guitarra

**

La chica se fue después de eso, yo me pase todo el camino de vuelta a casa pensando, en ella, y en su misterioso nombre, no la había visto antes, aunque teniendo en cuenta que esta es una enorme ciudad, no me extraña.

Es irónico, nunca habria malgastado tanto mi tiempo en hablar con una extraña, el tiempo es algo demasiado importante para mi, no sabría exactamente que hacer si perdiera mi tiempo como pierdo los trenes en la estación, pero puedo prometer en este mismo instante, que no me hubiese importado absolutamente nada, malgastar todo el tiempo existente con ella.

Ñee no es nada del otro mundo pero igual espero que os haya gustado.

-Ro

CONT; NUE (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora