Honey Tea...

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Una vez dentro, le ayudó a colocarse por encima de la bolsa de dormir, colocándole una parte enrollada de la misma como almohada.

—Ya verás que te pondrás bien... —Ash había cerrado los ojos, por lo que lo presumió dormido. —No me preocupes así...

—...Perdón —respondió abriendo los ojos para ella, lo que la sonrojó a nuevos niveles viéndose descubierta. —¿Sabes?... jeje... cuando me puse de vuelta mi ropa esta mañana... olía a ti... —terminó por cerrar los ojos, para esta vez efectivamente conciliar el sueño. Mientras ella había quedado petrificada a su lado tras escucharlo.

POKÉMON XYZ

Sick Again...

Capítulo 2 "Honey tea"

Nuestros héroes siguen su camino hacia Ciudad Snowbelle, para llevar acabo la siguiente batalla de Gimnasio de Ash, sin embargo, debido al duro entrenamiento llevado a cabo la noche anterior, los planes cambiaron, llevándose a cabo un enfrentamiento entre dos entrenadores, uno de ellos quien no era lo que parecía y sus dos Píkachu.

Tras descubrir la verdadera identidad de Serena, Jimmy se quedó a disfrutar del merecido almuerzo, cumpliendo finalmente su sueño de enfrentar al entrenador de pueblo paleta.

Sin embargo...

¿Olía a mí?... ¿Es en serio?... ¡¿Cómo puedes decir una cosa así y luego dormirte?! —Sufría en sus interiores la artista, una vez recobró el control de sus sentidos, dejó caer los hombros y suspiró. —Y a mí, me pareció que cuando yo me la puse olía a él... —se sonrojó y luego humeó con los ojos cerrados por su propio pensamiento. —Oh Ash... —empezando a moverse a gatas para luego de tomar el balde para traer agua fría nuevamente, salir de la tienda de campaña, ante una Bonnie y Clemont preocupados.

—¿Cómo está? —parpadeó inquieto el hermano mayor.

—La fiebre le volvió...

—Pancham, pan —estiró sus brazos hacia su entrenadora, para tomar el balde que llevaba e ir por el agua.

—Gracias Pancham, —le sonrió.

—¿Y si le damos otra de las medicinas que trajimos?... —sugiere no muy segura de los efectos que cause, la pequeña, a quien Dedenné trepó hasta apoyarse sobre su cabeza.

—Puede ser... ¿Cada cuánto se toman? ¿Tienen alguna indicación? —Los miró expectante, a lo que los dos se encogieron de hombros.

—La verdad... no preguntamos nada de eso... supongo que con las prisas... olvidé algo de tan vital importancia, —se llevó una mano a la frente el científico, —¿Aunque las medicinas para el resfriado, son casi siempre cada 12 horas no?

—Pues... no quiero darle algo a Ash que pueda hacerle daño... ¿Imagínense que lo intoxicamos y por ende lo terminamos matando? Vendrían por nosotros por asesinato... —los mira asustada y sombría, a lo que Clemont cerró fuertemente los párpados asustado.

—¡Por favor, no digas eso!

—¿Lo dije en voz alta?... lo siento... —se llevó las manos a cubrir los labios, sorprendida por su arrebato, a veces terminaba diciendo cosas que cruzaban por su mente, sin notar el ambiente, no sabía si considerarse impulsiva o lenta ante los demás.

—¿Y nos llevarían a la cárcel? ¡Yuupi! ¡Yo quiero conocer! —cerró los ojos emocionada, mientras dio un pequeño saltito la menor.

—¡Denenené! La secundó su aliado.

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