Hunter: ¿Tienes planes para el resto de la tarde?
Holly: No ¿por?
Hunter: Paso por ti en media hora.
Holly: ¿Adonde quieres llevarme?
Hunter: Paso por ti en veinte.
Holly: ¡Hey! Dime dime.
Hunter: Quince. Como llegue y no estés vestida, te subo en pijamas en el coche.
No le respondo e internamente le echo la bronca por avisarme con tan poca anticipación. Otro mensaje me llega al instante.
Hunter: Lo siento. No te enfades. ¿Puedes estar lista en media hora?
Levanto ambas cejas y una sonrisa involuntaria se desliza por mi rostro. ¿Acaso está acongojado?
Holly: Ok.
No me había enfadado, pero sí me molestó un poco el tono con el que interpreté su mensaje.
No voy a volver a preguntarle dónde vamos, nunca me cuenta. Creo que le gusta sorprenderme o de eso me he percatado cada vez que me lleva a algún lugar. Sé que él nunca lo admitirá pero estoy casi segura de que le gusta ver mi cara emocionada y ansiosa.
—¿Holly? —escucho decir a mi padre desde el otro lado de mi habitación—. ¿Puedo pasar?
—Si, adelante.
Mi padre entra en toda su amplitud con una camisa blanca un poco descuidada y unos jeans oscuros. Está bien peinado y al acercarse puedo sentir el perfume varonil que desprende de él.
Parece que mis padres salen.
—¿Vas a alguna parte? —me pregunta al ver que estoy separando ropa en mi cama. Asiento—. ¿Con quién?
Titubeo un poco antes de contestarle.
—Con un amigo.
—¿Amigo? —me pregunta acercándose a inspeccionar la ropa que he seleccionado—. ¿Qué clase de amigo?
—Con Hunter —veo que se tensa en su lugar, más no me dice nada. Simplemente comienza a guardar la ropa que he dejado en la cama—. ¿Qué estás haciendo papá? Deja eso ahí.
—Si vas a salir con ese gamberro, será mejor que te compre unos pantalones más sueltos, ropa interior de acero y una faja...
—¡Papá! —me echo a reír ante su ridículo espectáculo de niño pequeño—. ¡Deja de revolver mis cosas, vete de mi habitación!
—Estos pantalones tres tallas más grande, creo que servirán. ¡Oh y ni pienses que usarás camisetas sin mangas, jovencita! ¡Hasta la punta de los dedos y usas un abrigo encima!
—¡Papá! —le grito al mismo tiempo que mi madre aparece por la puerta colocandose unos aretes.
—¿Qué sucede? ¿Por qué tantos gritos?
Me cruzo de brazos perforando a mi padre con la mirada, a que el explique la situación.
—¡Mira lo que quiere usar para salir con el imbécil del vecino!
—¿Esa boca Henry! —lo reprende mi madre al tiempo que observa mi camiseta sin mangas y jean blanco que mi padre le enseña—. No le veo lo malo. ¿Donde irán Holl?
—¡No puede ir así con un tío que lleva una cazadora de cuero como si fuera un cantante de rock y tatuajes del diablo en sus brazos!
—Hace dos segundos has dicho que ibas a ponerte la tuya ahora. Y ¿tatuajes Hen? ¿Es en serio? Tu tienes toda la pierna izquierda tatuada, por no hablar del que tienes en la espalda.
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En Secreto
RomansMi nombre es Holly. Holly Evans. Tenía 18 años cuando todo empezó; cuando mi vida dio un giro totalmente inesperado. Acostumbrada a vivir en la compañía de su soledad, sin amigos y sufriendo de los maltratos de su peor abusador Hunter Stone. Sus bro...