Psss, Alex.
—Marco.
Algún día veré matemáticas en paz.
Yo lo sé.—Alex.
No sé de que escribes si te encanta que yo te moleste.
—Marco.
Ya, claro.
¿Qué quieres?—Alex.
Necesito tu ayuda.
Hoy no podré ir a la cafetería a estudiar contigo.—Marco.
¿Tu mamá te castigó o?
—Alex.
No, pero tengo una cita y quería que me dejaras ir, por que mi mamá te llamará para saber de mí. Y no quiero que se entere de que te planté por ir a... Hacer cosas.
—Marco.
Sabes que puedes hacer lo que se te viene a la real gana. No tienes por qué pedirme permiso para nada. Mientras me pagues estaré bien con un plantón.
—Alex.
Bueno... Gracias, supongo.
—Marco.
Ojalá te de sífilis.
—Alex.(nota no enviada)
Ojalá ella tenga una infección en la vagina y no puedas follar.
—Alex (nota no enviada).
¿Te crees capaz de dejarme plantada por ir a follar?
—Alex.(nota no enviada)
Se te va a caer el pene.
—Alex. (Nota no enviada)
Ojalá te de sarna con pus por andar de huevos lisos.
—Alex. (Nota no enviada)Ajá, como sea. Podré ver películas, me hiciste un favor.
—Alex.
¡Eres la mejor!
—Marco.
Como sea, ya no molestes que quiero ver clases.
—Alex.
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¡No rayes mi libreta!
Historia CortaY todo comenzó cuando ella le gritó en plena clase: -¡No rayes mi libreta!