CAPITULO 4

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AL CARAJO

Ha pasado tanto tiempo después de mandar al demonio a Andrew que los días se han ido volando. Sí, después de haberme mandado su asqueroso momento 11:11, lo bloquee de mi vida; no podía estar así. Estas 3 semanas sin saber de él, no me han servido de mucho; aun lo tengo presente cada día más.

Jamás pensé que el amor doliera de esta manera; sientes una flecha de hierro insertada en tu corazón, que no te deja ni respirar, sientes que el mundo se te acaba, que ya no puedes seguir viviendo sin ningún motivo. ¡Absurdo!

Te vas con tanta suavidad que ni duele Andrew, y te fuiste porque quise, de tu parte me seguirías rasgando mi corazón con tus pesuñas afiladas, que dejaban marca en mí.

Vaya, el amor duele, sí que duele. Nos destruye pedazo a pedazo, pieza a pieza, migaja por migaja, hasta dejarnos exprimidos sin sentimiento alguno.

Mi mente ha estado tan triste que casi no he pasado tiempo con las chicas. Después de los exámenes de 1 periodo nos han dado una semana de descanso; vaya que me sirven mucho, encerrada en mi pequeño cuarto, con cortinas cerradas y oscuras, escuchando música de Bryan Adams, comiendo helado ¡Vaya que si estoy triste!.

De lo tan aburrida que estoy le escribo a Catalina. He estado un poco ausente con ella estos días, es momento de un día de Cata y yo.

-Hola Cata, sé que hemos estado ausentes ambas, por eso quería preguntarte si quieres salir a tomar un expresso hoy ¿Te animas? -Le escribo

Inmediatamente me responde -¡Pensé que nunca lo dirías! Me parece perfecto, llego a las 2. -me dice emocionada, por los emoticonos que escribe.

-Está bien Cata, iremos en mi coche. -le recuerdo con un emoticón de beso.

2:00

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Aun no se aparece Cata ¿Qué pasa? La llamo y no contesta, le escribo y sin ningún resultado. ¿Tuvo un accidente? ¡Deja de pensar lo peor Bell! Catalina es muy puntal, ¿Qué pasara?

Mientras llega Cata me doy los últimos retoques, me maquillo discretamente y me gusta el resultado. Llevo puesto un vestido verde menta en campana, con un escote discreto. Mis rizos lo dejo sueltos como siempre ya que no hay peinado en el mundo que los controle. Me perfumo y cuando me estoy colocando los aretes escucho el grite de Catalina -Bell, llegue. -Vaya chica, donde estabas metida. Te llamo y no contesta, ¿Dónde estabas metida? -pregunto preocupada. -Estaba.. Arreglando unos asuntos -me lo dice como si quisiera guardarse algo, pensó antes de decirlo. Esto está extraño.

-Bueno, pero contesta las llamadas Catalina, preocupas. Mejor vámonos, ya quiero tomar mi expresso -le digo tomando mi bolso llevando solo dinero y celular dentro.

-¡Espeeeeraa Bell! Tengo algo que decirte, bueno, necesito tu ayuda -me dice en tono nervioso Cata, me asusta lo que vaya a decirme. -¿Qué estas tramando Catalina Brown? -le pregunto entre cerrando los ojos. -Es que escucha, la cosa es así. Isaac, mi novio ya sabes, me invito a ver una película. -Oh bien, ¿Vamos al cine? Perfecto, pero el paga -le contesto bromista. -No Bell, en su casa. -me dice mordiéndose las uñas de sus dedos. -¿Qué, que? ¡Catalina! ¿No es una de tus bromas cierta? -le digo gritando y sorprendida, jamás pensé que Cata fuese a la casa de Isaac. Es un buen tipo y la respeta, pero es riesgoso, muchas cosas pueden pasar.

-No Bell, no es broma. Solo acompáñame ¿Si? Prometo portarme bien, solo quiero momento a solas con él, recuerda que él está en la universidad y solo lo veo una vez a la semana. Está de vacaciones, ¿Se te olvida? ¡Porfis Bell! Solo esta vez, ¿Si? -me suplica de una manera como si mañana fuese el fin del mundo. -Ok, está bien Catalina, iremos. ¡Pero rápido! El único momento que tenemos juntas y aprovechas para verte con Isaac, vaya amiga, si, cámbiame por él. -le digo en tono triste pero bromeando. Pero, ¿Qué es lo que se supone que estaré haciendo yo? Voy a estorbar Catalina, cuando empiecen a hacer sus cosas raras estaré plasmada viendo como comen en frente de los pobres -le continuo diciéndole. Qué vergüenza estar de sobra en esos momentos, lo que me haces hacer Cata. -No se Bell, arréglatelas tu -pero que carajo-le digo... -¡Noo! Es broma Bell, es broma jajajajaja -me contesta muriéndose de risa. Puedes estar en la alberca, sabes que su casa es inmensa. -continuo diciéndome. -Bueno está bien, has lo que tengas que hacer con él, y nos largamos. -le digo blanqueando los ojos. -Si si si si, no te vas a arrepentís lo prometo, te amo amargaditis. -me dice brincoteando y me da un beso.

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