días oscuros.

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Cuando Alphonse despertó todo era negro, no veía más que oscuridad, la niña, los gritos, no salían de su cabeza.

¿Fue un sueño?...

El frió que sentía Alphonse amenazaba con paralizar su cuerpo, podía ver y sentir que respiraba, pero no podía percatarse de lo que era real y lo que no lo era, trato de moverse pero sus músculos no le respondían, su corazón latía tan fuerte, tan rápido que podía escuchar su palpitar, el cual fue tan intenso y rápido que pensó en cualquier momento dejará de funcionar mi corazón.

Poco a poco Alphonse fue incorporándose, se sentía aturdido, muy confundido, quería hacer algo por la niña...¿pero cómo?
Sentía la boca seca, y los ojos llorosos... Aún no comprendía lo que había pasado.

Decidió levantarse e ir con su madre, a la cual le contaría todos sus temores.
Al llegar con su madre está le dijo que saldrían a un viaje que se alistara.
-mamá- dijo Alphonse -tengo que decirte algo-.

-hay mi pobre hijo- dijo su madre- entiendo que este cambio es difícil para ti, para todos pero tenemos que adaptarnos lo mejor posible, ahora ve a alistarse, tu padre te tiene una sorpresa-.

Haciendo caso a su madre el joven decidió alistar sus cosas para irse.

-cambiate la ropa-. Ordenó su madre.

Mierda.

-Quiero ir así, me gusta esta ropa, además aún no ordenó mis cosas-. Dijo Alphonse claramente nervioso.

No me hagas subir ahí.

-No hay excusas, estás muy sucio,anda sube a vestirte-. Su madre hablaba dulcemente por intento  de ocultar la intolerancia que le causaba su hijo.

Mierda...mierda...mierda.

Ya resignado Alphonse decidió subir a su habitación, al llegar al pasillo su corazón latía con fuerza, camino hasta donde terminaba el último cuarto, (el cual aún no era designado su usó) y luego freno en secó, la puerta de su cuarto estaba cerrada.

Tal vez mamá la cerró.

Hacia frío. Aphonse se acercó a la cerradura para abrirla de apoco,pero justo al momento de tocar la puerta está se abrió de golpe haciendo un ruido estrepitoso.

Alphonse quería correr...

Alphonse quería gritar...

No pudo...

Miro dentro del cuarto y estaba todo en orden, no había nada, no pasaba nada.

No entres ahí

Fue hacia el interior de la habitación, hacía falta ser muy valiente o muy estúpido para hacer lo que Alphonse se disponía.

Camino directamente hacia el clóset, reunió todo el valor que un niño de su edad puede tener, y abrió la puerta...

No puede ser.

No entres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora