III

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Recuerdos de mi memoria..... Gisell 17 años

Estaba tomando una taza de té con mis pastas favoritas esperando a mi mejor amiga mientras leía un libro de política -Mi querida Gisell- me a tragante por la sorpresa que me proporcionó su llegada -te he asustando- dijo con burla - me temo que si- la mire con enojo pero después de que tomo asiento junto a mi estallamos en carcajadas nada propias de una dama, empezamos a platicar de cosas triviales hasta que me preguntó -¿como va eso de lord Alexander?- - me temo que no sé a que te refieres- -conmigo no tienes que fingir, cuéntamelo todo- -bueno ya estoy mejor aunque siendo sincera aun lo extraño pero no a él si no ala persona que era... han pasado 3 años sin saber de él y creo que lejos estamos mejor- -engaña a quien tu quieras, pero no te engañes a ti lord Alexander para ti significó mucho ¿si él regresara a tu vida lo aceptarías?- - eso no va a suceder- -dime lo aceptarías ¿si o no?- -creo que eso sería imposible- -¿por que?- -basta no quiero seguir con este tema y la respuesta es no, claramente no lo aceptaría - -esta bien si así lo prefieres, y me deja tranquila tu respuesta supe que esta en Londres- después de esa charla platicamos de otros temas mas interesantes política , moda y de la sociedad londinense juntas eramos como dos serpientes venenosas .

Después de ese rato tan agradable se fue a su hogar no sin antes hacerme prometer que la visitaría pronto.

Estaba algo triste hablar de Alexander es tocar una hebra sensible y mi forma de sacarlo o de dejar de pensar en eso que me agobia es cocinando, ya que te concentras en el aquí y ahora, mis padres no me lo prohíben ya que se ven beneficiados con una excelente comida y yo con una tranquilidad de unas horas.

La educación que me daban mis padres hacia que mi vida siempre haya sido diferente a las de las chicas de la sociedad londinense ¿por que?
Mientras las otras chicas de 14 años perdían el tiempo en una academia de señoritas en Francia para poder atrapar un buen marido, yo aprendía idiomas, esgrima, equitación y como hacer negocios, incluso a cocinar y hacer los deberes de una casa la razón era sencilla "no importara el hombre con el que te cases mientras lo ames" esa era la frase que me decía mi padre el a su manera trataba de decir que así aseguraría mi bienestar pues si me casaba con un campesino yo no me sentiría menos por realizar los deberes del hogar y si me casaba con alguien poseedor de un título me aseguraría que las cosas se hicieran bien.

Estaba frente al espejo reflexionado acerca de ese genuino sentimiento conocido como felicidad y de mi vida asi es como llegue a la conclusión de que mi vida es triste y vacía... yo simplemente no soy feliz, lo tengo todo: una casa hermosa, unos padres que me adoran, unos buenos hermanos, las cosas materiales que deseé, amigas reales, estoy rodeada de personas y aun así me siento sola, me duele admitir que no soy feliz pero esa es la verdad..... Desde muy pequeña muchas veces nuestros padres nos dejaron con mis abuelos maternos en su casa de campo, ahí con vivíamos con mis tías y primos que vivían cerca de ahí: mi abuelo solía ser muy maldoso con sus nietos, era su forma de decir los quiero, en cambio mi abuela era la encarnación de las buenas costumbres y una dama respetable siempre fina y elegante, a los 4 años de edad solía ser muy tímida y mi abuela me enseño algunas cosas pero siempre extrañas el calor de tu madre y recuerdo que desde esa época yo no era muy unida a mi madre, siempre terminaba hiendo con mi padre para todo, yo no comprendía por que mis padres nos dejaban con nuestros abuelos hasta hoy, en aquellos días mis padres no tenían una economía estable y buscaban estabilizarla para darnos un porvenir seguro y vaya que lo lograron, tenían toda clase de negocios pero el favorito de mamá eran las telas con el tiempo abrió su propia casa de modas, que gracias al gusto exquisito de mi madre creció y obtuvo prestigió; todas las damas londinenses mínimo tenían 1 vestido de la casa de moda de "gourgios scret", pero como todo hay un precio a pagar, recuerdo que ni siquiera me explicó mi madre que era aquello que te convertía en señorita, yo simplemente desperté asustada con unas manchas de sangré, ese día mi institutriz me lo tuvo que explicar así como sus cuidados y algunas señas de lo que te sucedía en esos días. Por esos días recuerdo haber peleado con mi madre por que no sabía nada de mi, mi padre estaba furioso conmigo me llevo a su despacho para que hablaremos de eso
-a tu madre la respetas- -eso se gana- -la institutriz no es tu madre y la obedeces más- -tal vez es porque me conoce más- -de ahora en adelante tendrás que pasar mas tiempo con tu madre y que quede claro que no te estoy preguntando, es una orden señorita- tengo muchos secretos y recuerdos en mi memoria

los recuerdos alimentan al alma

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