- yeolliSi
- hoy vamos a salir de viaje
Oh, esta bien
Me despedí de mis padres ya que cuando llegara del colegio no estarían. Conducí al colegio y al momento de llegar me encontré con Hoya, caminamos juntos al salón.
El profesor de tecnología no paraba de hablar de su vida, casual que sepas todo lo que hace.
Hoya
- ¿si?
Hoy en la tarde estaré solo en casa, quieres venir almorzar, vemos una película
- me gusta la idea
Bien.
- salgan despacio -ordeno el profesor, pero fue ignorado por mis compañeros que corrían como locos al descanso.
- tengo mucha hambre -comento hoya.
Yo igual - le dije tocando mi estomago.
Me senté con Hoya en la mesa de siempre para desayunar, después me acorde que tenia un trabajo en mi casillero y fui por el. Al abrirlo lo primero que vi fue una hoja que llevaba mi nombre, curioso lo abrí, pensando que sería una carta de algún chico o chica. Pero no era así, mis manos temblaron y sentí un escalofrío, si se trataba de una broma no era nada gracioso.
“Lee Sungyeol anda con cuidado, no te confíes".
Aquellas palabras estaban escritas con sangre, empuñe la hoja y camine con nervios.
Myungsoo.
Sonreí al ver que venia frente a mi Sungyeol, escuche unos murmullos y mire hacia el segundo piso para ver a dos chicos con una matera, pensé que era algo normal ya que a los alumnos castigados los ponían hacer esto. Con velocidad corrí y empuje a Sungyeol evitando que se lastimara.
Sungyeol.
Vi a Myungsoo con su típica sonrisa de lado, iba pasar de largo, pero antes sentí que alguien me empujaba seguido de escuchar algo romperse, el susto que antes tenia se hizo doble.
- ¿estas bien?
S..si
Ambos miramos hacia arriba y no había nadie. Suspire para tranquilizarme, todo era una coincidencia.
Myungsoo puso su mano en mi cintura, sacándome de mis pensamientos.
Suéltame
- no -me respondió con una sonrisa.
El timbre sonó indicando que debíamos volver a las siguientes clases.
Debo ir a clases
- yo igual
Bien, entonces suéltame - volví a insistir.
- no iremos, sin antes hacer esto -susurro para luego acortar nuestra distancia, uniendo nuestros labios en un beso necesitado. Al separarnos por falta de aire, nos miramos unos segundos y como gran escusa me aleje con prisa, para ir a clase.
El beso había hecho que de algún modo me tranquilizara.
A la salida junto a Hoya fuimos a mi casa, almorzamos, dormimos una hora y media y al despertar empezamos a ver una película.
No dejábamos de reír, la película era muy divertida.
- JAJAJAJAJA -Hoya reía tan escandalosamente y no solo era eso, si no sus golpes porque cada que reía me golpeaba de una manera no tan suave.