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 Malena entró en el baño y cerró la puerta. Se quitó los vaqueros y la camiseta.

Debido a que las fotos del calendario eran de contenido sensual, ella y las otras mujeres que posaron, se les ocurrió la idea de usar lencería para la sesión. La camisola y las bragas de bikini que algunas de sus amigas utilizaron parecían ser demasiado reveladoras para ella, así que, en cambio, optó por su  bata favorita de seda.

Observando su reflejo en el espejo de cuerpo entero cuando se ataba el cinturón alrededor de su delgada cintura, se alegró de elegir ese atuendo. No sólo la linda bata azul claro acentuaba sus esbeltas curvas, sino que también mostraba sus piernas largas. Se había puesto maquillaje justo antes de ir al estudio, así que todo lo que tuvo que hacer fue retocar su brillo de labios, pasó los dedos por su largo cabello oscuro, y ya estuvo lista.

Tomó un profundo aliento, le dio a su reflejo una última mirada, y luego abrió la puerta.

Cuando caminó hacia el estudio, encontró a Perla acostada a los pies de Benedict con su cabeza entre las patas mientras él estudiaba la cámara entre sus manos.

Cuando se acercó, ambos levantaron sus cabezas para mirarla. Perla inmediatamente se levantó y caminó para saludar a su dueña.

Benedict, en cambio, se quedó parado ahí, con la cámara en sus manos aparentemente olvidada, mientras él admiraba su esbelta figura envuelta en una bata y sus largas y desnudas piernas. Malena sintió que sus mejillas se coloreaban ante obvia apreciación de sus ojos claros y tímidamente se inclinó para darle a Perla una suave palmada en la cabeza.

Benedict se aclaró la garganta.
—Podemos comenzar en cuanto estés lista.

Malena se enderezó para darle una mirada avergonzada.

—Nunca antes he hecho modelaje, así que no estoy muy segura ahora de cómo debo posar.

Él sonrió.

—No hay problema. ¿Por qué no se ponen tú y Perla de pie en el estrado delante del telón de fondo y comenzamos con unas tomas para calentar? Tengo la cámara conectada a un monitor, así que puedes verte a ti misma mientras saco las fotos.

Ella asintió. Ese era un montaje elegante.

—Está bien. Vamos, Perla.

Moviendo la cola, Perla siguió ansiosamente a Malena hasta la plataforma elevada y se sentó de forma obediente.

—Eso está bien — dijo. —. Sonríe para mí.

Malena siguió sus instrucciones, inclinando ligeramente la cabeza y dándole lo que esperaba que fuera una sonrisa natural.

—Genial.— Benedict levantó su cámara y sacó algunas fotos. —. Está bien, la misma sonrisa, pero esta vez, pon tus manos en las caderas.

Ella así lo hizo, dejando descansar sus manos libremente en la curva de las caderas e inclinando un poco una pierna. Recordando lo que él dijo sobre mirarse en el monitor, lanzó una rápida ojeada en esa dirección y vio que ella y Perla lucían bastante bien. Todo ese asunto del monitor era genial.

—Muy bonito.— Tomó algunas fotografías más, y luego la miró por sobre la cámara. —. Está bien, intentémoslo contigo arrodillada al lado de Perla.

Se dejó caer en una rodilla junto a la perra y puso un brazo rodeando amorosamente a Perla.

—¿Así?

—Perfecto.

Sacó más fotos, girando la cámara primero a un lado, y luego al otro mientras él se movía un poco de derecha a izquierda. Él bajó la cámara para destellarle una sonrisa sexy.

—Si todas las mujeres son tan hermosas como tú, estoy seguro que terminaré comprando un calendario.

Ella se sonrojó ante el cumplido y alzó una mano libre para meterse el pelo detrás de la oreja de manera avergonzada.

—Mantén esa pose— ordenó Benedict

Malena se sorprendió, pero obedeció. No habría pensado que la casi cándida pose fuera particularmente digna de estar en el calendario, pero decidió dejárselo a Benedict. Después de todo, él era el fotógrafo. Pero cuando ella miró hacia el monitor, se percató que la imagen sí lucía un tanto sexy.

Sacó lo que deberían haber sido unas veinte o treinta fotos desde varios ángulos con ella en esa pose, antes de bajar la cámara para darle otra sonrisa.

—Sabía que ibas a ser natural en esto.

—Yo no sé nada de eso-dijo riendo

—Cambiarás de opinión cuando veas estas fotos impresas— le aseguró. —. ¿Qué tal si te sientas sobre una cadera con tus piernas un poco escondidas debajo de ti?

Hizo lo que le pidió, descansado su cadera en contra de Perla mientras acomodó sus piernas a un lado. El movimiento causó que la bata se abriera un poco más arriba en los muslos, pero ella no se movió para ajustarla. Se suponía que las fotografías debían ser sexys y si la forma en que la mirada de Benedict se mantuvo allí era una indicación, entonces mostrar un poco de pierna era definitivamente sexy. ¿Quién lo diría? Incluso podría vender más calendarios.

—Está bien- dijo- Ahora pon tus brazos alrededor de Perla. Perfecto.

Mientras Benedict continuaba tomando fotos, Malena miró a Perla por la esquina de su ojo para ver a la perra lanzarle a la cámara una enorme sonrisa canina y tuvo que contener la risa. Qué lindura.

—Inclínate un poco y déjame ver algo más de ese hermoso escote— le indicó Benedict.

¿Escote? parpadeó sorprendida. No se había dado cuenta de que estuviera mostrando escote alguno, pero una rápida mirada le demostró que su bata se había abierto un poco, no sólo revelando el encaje de su sujetador de satín rosa, sino que la parte superior de sus pechos también. Sonrojada, ella se inclinó hacia delante para mostrarle a la cámara y a Benedict un poco más. Ya comenzaba a acostumbrarse a esto.

—Oh sí, justo así— susurró. —. Mantén esa pose para mí.

No estaba segura si fue la manera ronca en que dijo las palabras o la provocativa y sexy pose, pero mientras Benedict se movía más cerca para sacar las fotos, ella sintió una repentina oleada de calor que se concentraba entre sus muslos. Joder, en realidad se estaba excitando.

Cayendo sobre una rodilla frente a ella, Benedict bajó la cámara y se acercó con la mano libre para cepillar gentilmente el pelo con sus dedos. El contacto envió un hormigueo de electricidad, que nunca antes había sentido, cruzando su cuerpo y quedó sin aliento.

¿También lo había sentido él? Se preguntó. Por la mirada en sus ojos le hizo pensar que sí, pero antes de que pudiera estar segura, Perla interrumpió el momento al levantarse, salir de la tarima, y caminar fuera del estudio.

Lena miró con asombro cuando la perra desapareció a través de la puerta hacia el área de espera.

Recordando abruptamente el motivo por el que se encontraban allí, abrió la boca para llamar a Perla para que regresara, pero Benedict la detuvo.

—Está bien— dijo, bajando su mano- Tenemos suficientes tomas para el calendario.

No pudo ocultar su decepción cuando Benedict se paró.

- Me estaba divirtiendo tanto, tenía la esperanza de que tuvieras que tomar algunas más.

Él la observó en silencio por un momento, entonces le dio una sonrisa perezosa.

-Sólo porque tengamos suficiente para hacer el calendario, no significa que no pueda sacar algunas fotografías más. Y si te gustan algunas de esas, más que las otras, puedo simplemente usar PhotoShop para incluir a Perla más tarde.

Malena se mordió el labio inferior mientras consideraba su oferta. El estudio fotográfico había donado sus servicios para el refugio, así que realmente no debería ocupar más de su tiempo  

El Fotógrafo (Benedict Cumberbatch) [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora