Los 4

205 5 0
                                    


Ingrid abrió la puerta y me dio un abrazo intenso. Como todo lo que hacía en su vida: su trabajo, su maternidad, su estilo para ser esposa. Intensa. Luciano le dio un vino tinto, entonces Ingrid aprovechó para darle otro abrazo a él. También intenso. Entramos a su casa. Yo miré de reojo para ver si estaba Felipe pero no estaba, sólo relucía la mesa puesta para la comida. Pequeños platos con bocados fríos y calientes, tostadas mediterráneas, quesos y un paté traído especialmente de Italia. Siempre pensé que el paté se hacía sólo en Francia. Una noche que sería solo para los cuatro. Sin hijos, sólo Felipe, Luciano, Ingrid y yo. No estaba nerviosa, ya era habitual este tipo de citas.

Observé hacia el jardín, pero Felipe tampoco estaba ahí. Suspiré y miré a Ingrid para preguntar. Pero me ganó de mano Luciano.

-¿Y Felipe? – dijo él.

-Saliendo de la ducha – le contestó Ingrid. -Siempre hace todo a último momento el cabeza dura.

Volví a suspirar al imaginármelo con su pelo mojado. Quería ir ahora, meterme en su baño, en su ducha, abrazarlo, besarle el cuerpo hasta el cansancio.

-Perdón la demora.-dijo Felipe.

Irrumpió de golpe, como solía hacerlo siempre. Se acercó y me dio un beso suave, en la mejilla. Casi cierro los ojos, pero me controlé. Luego saludó a Luciano y se arrimó a Ingrid, que lo abrazó.

Nos sentamos a la mesa e Ingrid levantó su copa. Anunció que quería hacer un brindis. Comenzó a hablar solo de su vida y con un estilo verborrágico. Pero yo sólo miré enamorada a Felipe. Y él me miró a mí. Sé que Luciano lo percibió pero no dijo nada. Ingrid, en cambio, continuó hablando. Como siempre, intensa.

ADDA ||AMAR DESPUÉS DE AMAR|| -BLOG DE LAURA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora