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Tres) En la Biblioteca

Ese mismo dia despues de la escuela:

Al pasar por esa enorme puerta perisivi él olor de los libros viejos diferentes pero con una historia intrigante, son ellos un escape de la realidad por eso me encanta sumergirme en cada uno.

Me acerco a la estantería de la sección de terror, son los que mas me llaman la atención. Derrepente un joven de cabello naranja rojizo y con un rostro algo estirado aparece al lado mio para agarrar uno de los libros, notó mi precensia y le hechó un vistazo a mi libro.

—El evangelio del mal.., es un buen libro— él pelinaranja me dirige la palabra con un tanto de simpatía— ¿Te gusta lo clásico?— lleva su mano izquierda a su bolsillo y con la otra sostiene un libro algo anticuado.

—Eh.. eh no me he puesto la iniciativa de leer uno de ese t-tipo— volteo a verlo. Es la primera vez desde hace tres años que alguien me dirige la palabra para algo que no sean favores.

—¿Eres tartamuda?— abrio los ojos de par en par parecía como si nunca hubiera visto un persona con ese problema.

—N-no digo, si, pero no— debo parecer una tonta enfrente de él, que vergüenza— s-solo, tengo problemas de nerviosismo c-continuo y mas...—bajo la voz— c-cuando es con alguien que no conozco.

Él chico suelta una pequeña risa. —Te entiendo, no creas que me estoy burlando de ti porque me acabo de reír, solo que ... te vez muy tierna sonrojada.

—He! E-eso también es común en mí, l-lo siento— ¿tan fácil es ponerme los nervios alterados? Ash.. Pero con esa sonrisa radiante que quitaria cualquier preocupación y desanimo quien no terminaría sonrojado.

—Cambiando de tema, deberías leer este clásico, se llama "grandes esperanzas" —el chico trata de entablar una conversación— describe detalladamente los sentimientos, situaciónes que le suceden a un niño huérfano y sin educación, quizá parezca aburrido en algunas partes pero, no te dejara un sabor amargo en la boca al leer te lo todo.

Y así fue como me deje llevar por su estupenda forma de expresar y dialogar. Sin darme cuenta del tiempo segui manifestando mis opiniones que parecían concordar con las de él. Se sentía muy bien hablar con alguien que piense y sienta lo mismo que uno.

(...)

—6:00 pm!! ¡Y-ya ser es muy tarde!— coji él libro y salí corriendo hacia él mostrador para hacer él préstamo de ambos libros, tanto él de terror como él clásico recomendado por ese joven.

Aquel chico... Se me olvido pedirle su nombre y numero y eso que pasamos casi 3 horas hablando con total libertad sobre la triste vida personal. Ni siquiera me despedi.

Apunto de salir de aquella biblioteca sentí una mano agarrar mi hombro, voltiandome para hacerle frente.

—Que mal educada eres— se río a lo bajo aquel pelinaranja— ¿no te enseñaron a despedirte antes de desaparecer como un rayo?

—P-perdón solo que.. Enserio se me esta haciendo tarde. Por cierto, ¿cual es tu nomb..

—Jung Ho Seok, pero dime J-hope ese..es mi apodo— dijo interrumpiendo mi pregunta y lanzandome una sonrisa ladina mientras estrechaba su mano con la mía en forma de despedida. —Bueno ya no te quito mas de tu tiempo, es mejor que te vallas.

—S-si, eso aré, ah.. mi nombre es Haebi, White Haebi— dije alejándome poco a poco— ¡hasta pronto J-hope!

Después de unas cuadras recorde que no le pedí él numero telefónico. Así que chiste, la biblioteca me quedaba lejos y casi nunca tenia tiempo de ir, por eso solo hiba cada una o dos semanas si es que podía. Quizás no lo vuelva a ver si no dentro de tres meses porqué tampoco se cuantas veces él va a esa biblioteca.

Perfecto, ya había hecho un amigo y a la vez no lo hiba a volver a ver.