te esperaré

DESPEDIDA.

Llegó el día Maeva se despertó un rato antes de la alarma, deció empezar a vestirse y a arreglarse.

Escuchó como la alarma de su madre sonaba para despertarse para acompañarla al aeropuerto.

-Buenos días mamá dijo Maeva.

-Buenos días reina, ¿Cómo estas? preguntó su madre.

-No estoy bien, hoy no va a ser mi dia mamá dijo Maeva.

-Tranquila cielo, voy a vestirme y nos vamos dijo su madre.

Ambas se fueron a sus habitaciines para vestirse he irse al aeropuerto.

Cuando acabaron bajaron por las escaleras hasta el garaje. La madre de Mae arrancó el coche y se dirigieron hacia el aeropuerto. Cuando llegaron esperaron en la puerta a que llegase Nacho.

Pasó el tiempo, alrededor de diez minutos, un coche paró enfrente de la puerta, era el de Charo, Nacho se bajó del coche y fue corriendo a por ella, ella saltó encima de él y él la cogió en brazos y se besaron con un gran beso, un beso de película.

-Hola princesa dijo Nacho.

-Hola mi rey dijo Maeva.

-Te voy a echar de menos mi vida dijo Nacho.

-Y yo a ti cariño contestó Maeva.

Nacho bajó a Maeva de sus brazos y se dirigió hasta el coche a por sus cosas porque llegaba tarde a coger el avión. Maeva entró con él un trozo hasta donde podía acompañarle, y cuando ya no podia ir mas se despidieron con un gran beso junto a lágrimas cayendo de los ojos.

-Te quiero mucho y te esperaré siempre a mi lado, esperaré un año y te escribiré dijo Maeva mientras empezaba a llorar.

-Cuando menos te lo esperes estaré a tu lado otra vez, haciendote reir con mis chistes malos, te quiero princesa, me tengo que ir, dame otro beso dijo Nacho.

Se besaron apasionadamente y Nacho entró, miraba para atrás para ver a Maeva desde lejos y ella esperaba allí hasta que lo perdiese de vista.

Maeva se marchó hasta la puerta, allí estaba su madre, Mae la abrazó fuerte mientras lloraba, su madre intentaba consolarla pero no podia.

-Monta al coche cariño, volvamos a casa y descansa dijo su madre.

Maeva seguía llorando sin parar, cuando llegó a casa se fue a su habitación y se tumbó en su cama a escuchar música con los auriculares.

Pasó el día entero y Mae decidió no levantarse de la cama en ningún momento.