LA CARTA.

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Nacho, se levantó una mañana de invierno, ese día hacía bastante frio en la calle y se abrigó bien para ir al instituto, cuando bajó en ascensor pudo ver como una esquina de una carta podía salir de su buzón, cogió la carta y miró para que persona de su familia sería, se quedó sorprendido cuando vió que era para él, se quitó los guantes que llevaba para poder abrir mejor la carta, cuando la abrió sacó la hoja que había dentro del sobre, desplegó la hoja y leyó las dos primeras líneas de la carta, esta decía:

"Querido Ignacio Moya García, queda usted admitido a la escuela politecnica superior del ejército de tierra".

Nacho se quedó mirando a la nada pensativo, él ya no se acordaba de que habia echado los papeles para apuntarse.

Se sentó en unas escaleras de su portal y comenzó a leer la carta de principio a final, también decia la carta que empezará las pruebas de tres meses, y que durarán un año, podra ver a sus amigos y familiares una vez al mes, y cuando acabe ese año tendrá tres meses de descanso o retirarse de la escuela.

Nacho pensó que de momento no queria contarselo a Maeva, se pondría hecha una furia pensaba mientras miraba el reloj de la muñeca, se levantó de las escaleras y guardó la carta entre libretas dentro de la mochila, salió de su portal y se dirigió al instituto, le quedaban cinco minutos para llegar a tiempo al instituto, y el vivia a unos quince minutos, adelantó el paso un poco mas ligero.

Nacho llegó, no había nadie sentados en los bancos, parece que la sirena tocó hace tiempo pensó mientras miraba el reloj. Subió a clase, tocó la puerta y se sentó, Maeva iba a la misma clase que él.

-¿Porque has tardado en llegar? preguntó Maeva mientras disimulando escribiendo en la libreta.

-Me he dormido, ayer me acosté tarde anoche, le contestó Nacho mientras él también disimulaba sacando el material para esa asignatura.

Tocó la sirena para dirigirse al patio, Nacho y Maeva siempre se iban los dos solos en los patios, se sentaban en un banco cerca a el campo de fútbol, y comenzaban a hablar y a besarse.

-¿Que te pasa? te noto hoy un poco raro le dijo Maeva mientras le miraba a los ojos.

-No me pasa nada, tranquila, tengo sueño, solo es eso le contestó Nacho sin contarle aún la carta que habia recibido esa mañana.

Tocó la sirena para volver a clase, ese patio habia sido diferente, no estuvieron hablando a penas.

Cuando estaban en clase Maeva le cogió la mochila a Nacho, allí vió una hoja, ella la cogió para ver que era la leyó por encima y un par de lágrimas le saltaron de los ojos pensando que no podría ver a Nacho en un año.

Cuando él llegó se sentó al lado de Maeva.

-¿Seguro que no tienes nada que contarme? preguntó ella mientras miraba sigilosamente la mochila.

-¿Ya lo sabes verdad? preguntó Nacho.

-Sí, iba a coger tu agenda, de repente ví ese papel, y me entró la curiosidad, se que no tenia que haberlo mirado, pero sabía que algo te pasaba contestó Maeva intentando lamentarse de lo ocurrido.

-La culpa es mia cielo, sé que tenia que haber confiado en ti, y nada mas haberte visto habertelo contado dijo Nacho también lamentandose.

-¿Y que vamos a hacer? preguntó Maeva

-Aun quedan tres meses, tres largos meses, y los quiero pasar a tu lado sin problemas, contestó Nacho mientras le daba un beso.

te esperaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora