De vez en cuando pienso, que cosas que antes me podían herir ni siquiera me tocan, porque ya estoy casi muerta por dentro. Y soy libre, vuelo y veo los prejuicios, vuelo sobre el dolor, veo como la gente sufre y se harta como yo meses atrás. Veo como corren huyendo de ese dolor que nunca los va a abandonar. Siento mi cuerpo más liviano y lloro un poco, recordándome lo que era sentir, y me acostumbré tanto al dolor que lo extraño un poco, y quiero volver a sentir.