Y ayer caí. De mi vuelo tan alto caí al frío suelo. Siento como mi cuerpo duele, por dentro y por fuera.
Antes caer llegaba a ser hasta algo divertido, ver como un amigo tropezaba y caía era divertido, pero con el tiempo caer se volvió uno de los verbos más odiados.
Y entonces caí. Fue una traición fuerte ya que el golpe fue lo que más dolió. Mientras iba cayendo vi como mis muros se desarmaban y caían junto a mi, sentí mi corazón caer y me vi cayendo en un profundo pozo de oscuridad.
Sentí mi cuerpo con un poco de dolor, pero lo que más me dolía era el maldito corazón. Fue mi primera caída, la más dolorosa, sentí como mis ojos se nublaban y como lloraban, (de dolor y de tristeza).
Entonces aprendí a no volar tan alto, porque más alto llegaba mi amor y confianza y más fuerte iba a ser la caída, aprendí a no confiar tanto y sobre todo aprendí a no sentir tanto dolor como la primera caída.
