Narrador externo
Nate tocó la puerta de la casa de los Jacks mientras Sammy ya se encontraba ahí dentro. El tatuado recargó su peso en el marco de la puerta mientras esperaba que alguno de sus amigos se dignara a abrir. Como si su pedido hubiese sido escuchado por sus amigos, un sonriente Gilinsky abrió la puerta riéndose de anda a saber qué.
-Hey bro.-Habló Nate saludándose chocando el puño. G se corrió de su lugar haciéndole paso a Nate quién pasó a la casa como si fuese de él y claro que lo era, luego de todos los años que se conocían.
Entró en la casa saludando a los que allí se encontraban. John le pasó una cerveza al recién llegado para luego volverse a sentar junto a sus amigos. Un sonriente Johnson salió de la cocina con algunos snacks para compartir en una noche cualquiera con sus amigos.
Entre alcohol y comida, los chicos hablaban de todo tipo de cosas. Gilinsky tomó su celular luego que un mensaje le llegara, obteniendo la mirada de todos sus amigos.
-Hey, ¿alguien sabe de esto? -Preguntó el pelinegro mostrando a sus amigos la foto de un campamento, 'Alpha Camp' para ser más directos. Nate, quién se encontraba a su derecha, abrió los ojos como platos. Tomó con rapidez el celular de su amigo, agrandando la imagen.
-¿Quién te mandó esto? -Preguntó tratando de llegar al final del asunto. Jack G encogió los hombros, restándole importancia a la pregunta de su tatuado amigo.
-Un amigo, me dijo que podríamos ir. Me gusta la idea.-Respondió totalmente despreocupado, agarrando el celular de vuelta y observando la foto con detenimiento.-Un campamento no tiene nada malo.
Derek, quien se encontraba dándole una calada al porro que le había dado John, miró al ingenuo Gilinsky que permanecía obnubilado por su celular.
-¿Realmente nunca has escuchado lo que se rumorea de este campamento? -Preguntó D ganándose la mirada del pelinegro. Él negó varias veces encogiendo sus hombros.
-¿Qué puede tener de malo un campamento de California?-Habló Gilinsky, ahora buscando entre páginas alguna información que llame la atención sobre ese lugar.
-Man, en ese lugar murieron un montón de personas.-Contestó ahora Sam, entrando con una cerveza ya destapada en mano y tirándose al sillón individual de enfrente.
Después de dejar su celular de lado, el pelinegro miró al castaño que tomaba su cerveza con tranquilidad, bastante confundido y con sorpresa en su cara. -¿Y por qué no lo han cerrado?- Los chicos contestaron con un encogimiento de hombros y muecas cada uno, nadie supo nunca la verdadera razón de las muertes. Habían muchos rumores, y las personas que salían de ese lugar se negaban a hablar. Algunos decían que hubo suicidios, otros decían que pudo haber sido un animal y otros simplemente vagaban con sus rumores, pero nadie nunca confirmó nada.
Nate comenzó a pensar, después de darle una calada al porro en su mano derecha, lo que ninguno sabía era que él tenía cierta información de más y sabía más o menos la movida del lugar. Por lo que en cierta forma sentía que tenía que ir, y por lo menos impedirlo o enfrentarse a los que hacen la "gran matanza". Miró a sus amigos que reían, ya hablando de otro tema y se acomodó en su lugar. Escuchó un rato más de las anécdotas de sus amigos y cuando hicieron una pausa para abrir otras cervezas decidió hablar.
-¿Le parece que vayamos a ese campamento?- Sintió todas las miradas de sus amigos sobre él y enseguida escuchó a John.
-Creo que el porro habla por ti, bro.-
-No, hablo en serio. Es decir, ya fui a un campamento así y no es tan malo, seremos libres de hacer ésto también.-Dijo refiriéndose a sus juntadas semanales para hablar, fumar y tomar. Aunque sus intenciones fueran otras, la única forma de convencerlos era esa.