El olvido

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La existencia misma se basa en ser recordados, porque incluso nuestro cerebro puede jugar en contra nuestra y hacer que nos olvidemos de nosotros mismos. Olvidarnos de quienes somos, o fuimos, de que existimos, aún sin respirar, seguimos vivos en los corazones de aquellos, quienes nos amaron o nos odiaron, a veces vivimos en corazones o en mentes, en fotos captadas en diferentes situaciones. Vivimos en canciones, esas que marcan momentos para siempre. Vivimos en nuestras acciones, como los personajes históricos, cómo San Martín, El Che Guevara, Simón Bolívar y muchos otros, que sacrificaron su vida por muchas otras, y hasta hoy siguen vivos, en ideales, en libros de historia, porque son pilares sobre los que se edifica el presente día a día.

¿Por qué nos da miedo la muerte? Es raro, ¿no? Al fin y al cabo, es una puerta hacia algo desconocido, puede ser vacío, puede existir el cielo o el infierno o puede existir la reencarnación, entre muchas más especulaciones sobre esta dimensión que muchos exploraron ya y sin embargo no hay forma de saber que experimentaron.

Aún así, tenemos miedo de que nos olviden, de irnos de este mundo, dejando algo incompleto o sin terminar, dejando seres queridos atrás, pero en ellos viviríamos, ¿qué pasaría si no hay registro alguno de nuestra propia existencia? ¿Si realmente experimentamos esa soledad, como un hermitaño, del que nadie jamás supo? Es triste, seríamos solo un ciclo, un ser vivo más sin importancia alguna, sin ningún rastro de existencia, más que hipotética, como este texto.

Vamos a desaparecer, es un hecho, al final solo somos polvo y sin nadie que nos recuerde, nos llore, nos odie o tenga algun sentimiento por nosotros, solo ese valor vamos a tener, el de un material degradado hasta desaparecer.

Es por eso que hay que ir más allá, si después de esta vida, no hay nada más, ¿qué hacemos gastando ese tiempo preciado que tenemos en el mundo? Es obvio, que hay personas que viven para ser recordadas, marcadas ya sea artísticamente o históricamente, dejando pistas, rastros, ideas y pensamientos, para seguir vivas, cómo Napoleón, que cambió todo con un golpe de estado, inspirando a los demás a no quedarse de brazos cruzados, cómo Da Vinci, siendo inmortal con sus obras que hasta hoy en dia son apreciadas.

No vivan, solo para tener buenos recuerdos en la vejez, vivan para ser recordados aún cuando se vayan de esta vida. Lo tomo como una oportunidad, de dejar una marca en donde estuvimos, de implantar un ideal e intentar cambiar el mundo, para bien o para mal, está en cada uno, sin embargo, todos pueden ser parte de algo grande, solo es cuestión de escalar peldaños hasta conseguirlo. Todos vivimos, siempre que haya alguien o algo, que deje factibilidad de ello. No importa si es una persona o si es un pueblo entero, vivimos en pequeñas cosas, cómo en las grandes, que marcan nuestro rumbo en vida e inspiran a otros, de eso se trata.

Véase escritores, cantantes, actores, agricultores, artistas, revolucionarios, anarquistas, rebeldes, artistas y todos con un propósito en común, cambiar lo monótono, dejar un rastro, una marca, para cuándo se vayan sean recordados por sus acciones.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora