Reflexiones

Juventud

Me dijeron que era el futuro de la sociedad. Yo, como tantos otros adolescentes, no lo niego, no me molesta, es algo relativamente cierto. Lo que si me molesta, es que quieran moldearnos y llevar ideas maquiavélico a eras futuras, porque así es como sobrevive la desigualdad hoy en dia, porque, tristemente, la homofobia, la represión, la discriminación y el machismo, entre muchas otras cosas, aún siguen vivas en la sociedad de hoy en dia. No nacemos con estas ideas inculcadas, nos las enseñan nuestros padres, quienes fueron guiados por otros, sin embargo, las eras cambian, todo cambia, ya no estamos tan oprimidos como en una dictadura militar, sin embargo seguimos con miedo, luchando, porque mentes de eras pasadas quieren volver e imponer cosas que ya soportaron generaciones anteriores. Organizamos marchas, recordamos días, militamos para recordar e impedir, que una vez más, la historia siga repitiéndose.

Somos adolescentes, los tiempos cambian, pero no cambia que una mujer no salga a la calle sola, que no pueda vestirse como quiera, que no tenga libertades como un hombre las tiene y todo por miedo a los múltiples peligros que pasan "desapercibidos" por la ley, esa que quizás si llamas para pedir ayuda, no va a llegar, pero a la hora de reprimir, no van a tardar más de 2 segundos en venir.
Aceptemoslo, todos actúan por conveniencia propia hoy en dia, es por eso, que los que tienen poder se asustan, cuando el pueblo se educa, aún peleamos por un salario justo para docentes de colegios públicos, sin embargo nos siguen cortando los recursos para seguir protestando, poniendo a familias, alumnos, personas, en contra de la educación publica, diciendo que la privada es mejor.

¿Cuantos muertos hoy no dejaron sus mentiras? Muchas iglesias siguen siendo empresas, jugando con la fe del ignorante, el desesperado, sin embargo ¿Quién asegura que hay una deidad aún así? Si en realidad llegase a ser una mentira, ¿qué será de esos que se agarran, como última esperanza, de la mano de la fe? Es cruel imaginar lo que pasaría, horas más tarde.

Seguimos viviendo en una sociedad machista, quizás no tanto como antes, aún así, escuchar las historias de aquellas mujeres desaparecidas, secuestradas, asesinadas y que digan que ellas se lo buscaron, simplemente me repugna. Me da asco vivir en una sociedad donde mí sexo es considerado opresor, sexista, violento, peligroso y todo por enfermos que no tienen dos dedos de frente y hacen daño, destruyen comunidades, familias. Más asco aún me da saber que una mujer no puede ser libre y tiene que ser precavida todo el tiempo en la calle, porque imbéciles suelen gritar "piropos" mientras las ven pasar. Es lamentable, que no aprendamos que se pasa miedo y todo porque vivimos con ideas de un mundo que murió años atrás. Si, las mujeres merecen más respeto, son tan iguales como los hombres y tan merecedoras de igualdad en la sociedad.

Pierdo el hilo, quizás, pero busco aclarar que, desde que nacemos, solo viven imponiendonos ideas, la manera de vestir, las modas, la religion. Depende de qué escuela vayas, sea de izquierda, derecha, o quizás religiosa, siempre hay ideas diferentes, que son pilares fundamentales de esas instituciones. Nuestros padres, buscan decirnos cómo vivir, qué hacer y qué no, quieren evitar esas caídas que ellos vivieron, sin darse cuenta, qué mientras más nos prohíban, más vamos a desobedecer.

Porque así funcionan las juventudes, somos fuerzas imparables que muchos intentan manejar, somos semillas, que según como nos planten, vamos a crecer y dar frutos.
De eso se trata ser adolescente, soñar, vivir, reír, marcar metas, rumbos, seguirlos, conseguirlos.
Nunca dejen que nadie les diga qué hacer o cómo hacer las cosas. Mejor dicho, nunca dejen que les digan que algo es imposible, vivan por y para ustedes.

Al fin y al cabo somos jóvenes, creyendo que sabemos del mundo, pero no sabemos nada, por eso nos encanta investigar, los rincones de esta vida, experimentar, porque no nos basta con que nos cuenten cómo son las cosas. Forjamos nuestro camino, nuestra manera de pensar, con cada paso que damos.