-¿Me pasas la botella? -Pregunté apoyando la cabeza sobre mi mano izquierda- Está completamente fuera de mi alcance.
-Está a treinta centímetros de ti, Viv.
-Repito, fuera de mi alcance -Dije esperando a que la botella de Vodka llegara a mis manos. Al no obtener nada, observé nuevamente a la chica enfrente mío- Mont, ¿Me la pasarás o tendré que apuntarte con un arma en la cabeza?
-Si sabes que esa es una pistola de agua, ¿no? -arqueó una ceja en cuanto dirigió la mirada al objeto que yo estaba observando.
-Claro...-sacudí la cabeza- Lo siento, debo estar algo borracha para no diferenciarla de una real en este momento.
La risa de Mont fue interrumpida por las voces de cinco chicos que recién llegaban a la casa.
Ya se habían tardado.
-Ahí están -empezó a decir Alex en cuanto se aproximó a nosotras-
Mis chicas favoritas.-Las únicas que conoces y no están muertas -Corrigió Mont- Aún.
-Cierto -dijo Alex- Aunque puedo decir, que si hubieran más vivas, las mataría a todas para quedarme con ustedes.
-Vaya, me pregunto que de bueno hicimos para merecerte -bufé poniendo los ojos en blanco.
-Jefe, aquí está lo que me pediste -Dijo Lucas, uno de los chicos, entrando la sala. Éste dejó caer una memoria usb sobre la mesa de centro enfrente de Alex.
Alex observó por un momento el pequeño objeto sobre el vidrio mientras una sonrisa de satisfacción empezaba a formarse en sus labios. Se inclinó para tomarlo y guardarlo en uno de los tantos bolsillos de su chaqueta negra antes de volverse hacia Lucas -Muy bien, estamos listos. Llama a los demás.
-Enseguida señor -Asintió Lucas cruzando la sala con dirección a la cocina -¡Bestias, muevan sus gordos traseros hacia aquí! -pude escucharlo decir desde la otra habitación- ¡Oh, y traigan los juguetes!
Dos minutos después, Lucas regresó a la sala seguido de tres chicos armados.
-Te hemos dicho que no somos las bestias -Dijo uno de ellos.
-Somos los machos -Añadió otro.
-Y gorda está tu abuela -Puntualizó el último.
-Oye imbécil con mi abuela no te met...
-Silencio -los calló Alex- No es momento de discutir -Comprobó que nadie estuviera hablando para continuar- Bien, esto en sencillo. El cliente nos paga para robar información, ya saben, trabajo de clase A -todos asentimos- Haremos lo que nos pidieron, nada de asesinatos esta noche, ¿Entendido?
-Entendido -dijeron los cuatro chicos a coro con voz de aburridos.
-Perfecto -soltó Alex juntando las manos -¿Estamos todos? ¿Lucas, Chase, Nicolas?
-Presente -Respondieron los tres.
-¿Montserrat?
-Presente -habló la castaña guardando un cuchillo en su bota.
-Y, ¿Vivian?
-Siempre aquí, lamentablemente.
-Saldremos en cinco minutos, linda -Anunció Alex agachándose para atar los cordones de sus botas negras- Te recomiendo que empieces a prepararte ahora.
-De acuerdo -Me levanté del sofá dispuesta a coger la botella de Vodka de la mesa pero Chase la alejo de mí antes de que pudiera tomarla.
-Te necesitamos sobria, corazón -Dijo él guiñándome un ojo- No más de esto por hoy.
Resoplé y le lancé una mirada asesina al chico para luego ir a la tercera habitación del primer piso. Mi habitación.
Perfecto, ahora tengo que escoger un outfit para matar gente.
Oh, esperen. Hoy es noche de robo. Y sabía perfectamente lo que tenía que hacer.
Tomé un vestido negro y un par de botas también negras. No olvidé mi clásica chaqueta de cuero que colgaba de una silla en la esquina del cuarto.
Ahora viene la parte divertida.
Deslicé la segunda puerta corrediza de mi armario y tomé dos cuchillos y una pistola. Luego me dirigí hacia mi mesita de noche para sacar un par de guantes del cajón de ésta.
Lista.
Regresé a la sala en donde me encontré con todos recibiendo indicaciones de Alex.
-Bueno muchachos, tenemos trabajo que hacer -dijo él antes de abrir la puerta para que saliéramos.
Presiento que esta será una noche larga.