Debí haberme quedado dormida el resto del viaje. Cuando abrí los ojos, la espalda estaba matándome por la mala posición que debí haber tomado. El cielo ya se había tornado oscuro. Había dejado de llover y en su lugar, una fría brisa empezó a llenar los espacios vacíos que se formaban entre mi padre y yo.
- Veo que estabas cansada, dormilona – dijo tranquilo, aliviado incluso. Sus ojos no se alejan de la carretera ni un segundo para no perder el camión de mudanza estando a unos metros de nuestra camioneta.
- Si, últimamente no puedo dormir muy bien – confieso aun somnolienta. Tratando de estirarme en el reducido espacio. Las pesadillas me atormentan cada noche, la mayoría son sobre perder a Jack, sin nadie más a quien recurrir, dejándome sola. Prefiero estar despierta el resto de la noche, que enfrentarlo cada vez que cierro los ojos.
Con eso, la conversación termina. Él debe sospechar el motivo de mi insomnio, muchas veces me despierto gritando echa un mar de lágrimas y gritando su nombre. No dice nada. Quiere evadir el tema tanto como yo. No soy un libro abierto con él, hay algo que no me deja – solo hablaba de cosas como está a Samantha – no me malinterpreten, es mi padre y le amo mucho, pero nunca he sentido tal conexión con él, como cualquier otra persona (Lo que es irónico considerando mi estrecho círculo social).
Silencios como este me recuerdan a Lucas. Sonrío con solo pensar en él, el campamento…
El nuevo lugar donde se supone, voy a vivir, no esta tan lejos del campamento, creo que varios campistas que conocí y llegue a tomar talleres con ellos estudian en el Instituto Local, bueno solo espero ver de nuevo a Lucas. Solo pensar en él, me hace sentir un montón de mariposas en el estómago. Lo sé, las desgraciadas no son capaces de quedarse quietas.
La misma noche que me dieron la noticia sobre la muerte de Samantha, pedí irme de manera inmediata. Recuerdo salir corriendo, dejando todo atrás para así poder estar sola y procesar toda la información. Al llegar a la cabaña, empaque mis cosas de manera rápida, fui de nuevo a la Oficina Central y esperar las instrucciones de Jack.
Recuerdo que no deje que nadie se me acercara, cosa que no podía tolerar era la lástima, y todos me miraban así. A partir de ese momento me prometí no mostrarme débil frente a los demás.
Horas después estaba en un avión que me llevaba directo a casa. No me despedí de nadie. El único pensamiento coherente que formaba mi mente era, llegar lo más pronto posible a casa.
No la enterramos, Jack decidió por los dos cremar su cuerpo y dejarlo en un elegante jarrón.
Días después, las cartas de Lucas llegaron a mis manos. Nunca pude contestarlas por miedo a quebrarme. Entre todas las personas que conocí no le quería causar lástima, específicamente a él. Ahora solo quiero guardarlo como un recuerdo especial de esa fatídica noche.
- Sophie, cuando estés lista baja – dice Jack, sacándome automáticamente de mis pensamientos. Debí de estar distraída mucho tiempo y no me había dado cuenta que habíamos llegado ya. Falta poco para la media noche, diez horas en carretera, de las cuales la mayor parte del tiempo estuve dormida.
Me baje despacio de la camioneta, mis piernas estaban dormidas y cuando hacía presión con mi cuerpo en ellas, un leve cosquilleo se extendía desde las plantas de mis pies, hasta las rodillas. Solo miré en frente mío.
La casa es un poco más pequeña que la que habíamos habitado anteriormente, por su estructura debo decir que es vieja, y solo una desgastada capa de pintura rosa pastel la cubre. La madera de las ventanas y la entrada luce algo vieja, degastada.
- Las cosas están ya adentro. En tu habitación están el resto de las cajas que guardan tus pertenencias, la cama esta armada así que ve a dormir un poco, en la mañana terminaremos de arreglar el resto cuando llegues del Instituto.