But I'm Not There Yet

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Casi le habla a Yuri Plisetsky cuando tenía 13 años, en el campo de entrenamiento, viendo cómo su cuerpo se movía sin dificultad alguna para seguir las instrucciones. Es un claro contraste en cómo Otabek está lidiando en la clase de novatos -sudando, jadeando, con los músculos adoloridos y aunque trata, de verdad trata, aún no es lo suficientemente bueno.

Casi le habla a Yuri, cuando el rubio le devolvió la mirada.

Casi le dice "enséñame".

Casi le dice "ayúdame".

Y "dime cómo ser tan bueno como tú".

Pero los ojos de Yuri son duros y no se le queda viendo mucho tiempo. Yuri Plisetsky no está allí para divertirse o para gastar su tiempo ayudando a Otabek a mejorar; él está hecho para mejores cosas.

El kazajo no se deja atrapar por el momento, sino que se esfuerza para ser mejor, sin embargo, algo queda en él.

Otabek no tiene a Yuri Plisetsky a su lado para enseñarle o ayudarle a ser mejor, pero se da cuenta, a medida que los meses pasan, que, con esa sola mirada de Yuri, le fue dicho cómo volverse tan bueno como él: con una feroz determinación y dejándose de tonterías.

Decide volverse así.

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Sigue la carrera de Yuri.

El ruso es bueno. Otabek lo ha visto, ha sabido eso por años, pero aún siente orgullo por Yuri cuando gana medalla tras medalla, y gana competición tras competición.

Otabek no le llega ni a los talones a Yuri, pero sigue viéndolo, sigue intentando.

La determinación y el trabajo duro no le fallan al ruso, y no deberían fallarle a Otabek tampoco.

Sólo tiene que seguir intentándolo.

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Cuando Otabek tiene 17 años y está de vuelta en Almaty para un corto descanso antes de los mundiales, Aziza entra a su habitación, le pone el teléfono prácticamente en la cara y dice "por favor, déjame a cargo de tu cuenta de Instagram. Es la peor, y no soy la única que piensa eso".

Otabek toma el mentado teléfono y ojea el artículo de BuzzFeed que ella tiene abierto.

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-¿Es en serio, Ziza? -le pregunta con algo de molestia.

-Apenas te mencionan en el último párrafo y por tener la presencia más aburrida -le dice- tienes dos fotos en tu Instagram, y ambas son fotografías para prensa.

Otabek rueda los ojos.

En realidad, las redes sociales nunca han sido lo suyo. Por un lado, no les ve la gracia, y por el otro, no tiene tiempo para eso. Además, su vida consiste en despertarse, patinar y luego ir a la cama. No cree que el internet se entretenga con eso.

-¿No vas a leer el artículo? -pregunta ella, tirándose a la cama- mira quién quedó de segundo, después de Phichit Chulanont.

Otabek miró la pantalla a regañadientes, y oh.

#2 – Yuri Plisetsky

En la foto de Instagram que habían puesto, justo debajo del encabezado, un gruñón Yuri está mimando a un gato aún más gruñón. La captura dice: Encontré mi versión gatuna en el refugio hoy. #SéQueDijeQueNoMásGatos #Cúlpenme

-¿Necesitas que te ayude a seguirlo? ¿Darle like a sus fotos? ¿Empezar una conversación? -le dice Aziza, a su lado.

Otabek la mira, alarmado.

But I'm not there yet [Traducción] [Otabek x Yurio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora