¡Que ingenuos!

Capitulo 5

Alguien tan ingenuo como yo

Cuando el objeto estaba a unos centímetros de mi brazo freno de golpe, aproveche esos segundos y con mi mano libre golpee lo que parecía como un cuchillo gigantesco haciéndome un corte superficial en la palma de la mano.

El chico soltó mi brazo y callo arrodillado al suelo y empezando a llorar.

Esta era la situación más extraña que había vivido.

Él seguía en el suelo llorando mientras yo trataba de procesar. Mi cerebro no reaccionaba solo estaba allí sentada como si nada pasó.

cuando por fin desperté
me pare rápido del asiento y corrí.

Después de unos segundos mi miedo se convirtió en rabia, por qué haría semejante estupidez de tratar de herir a una persona solo porque si y después llorar como un niñito.
Pare de correr y mire detrás mío, él se estaba parando y secando sus lágrimas. Empezó a caminar a la dirección contraria a la mía.
El no parecía que quería hacerme daño más bien me daba la impresión de que lo estaba obligando, esa era mi única teoría que tenía a esta situación tan rara.

Me percaté de que dejó el cuchillo en el suelo asi que corrí donde el estaba para confrontarlo.

—¿Porque lo hiciste?— Le pregunte firme.

—Lo siento—dijo sin mucha importancia.

—Como que lo sientes, no puedes ir a los parques a asustar a la gente de esa manera, ¡que tal si te encuentras a una persona con problemas del corazón y los matas! Ay si te jodiste por esa bromita.

El paro de caminar sin voltearse—no fue mi intención—se escudó.

—¿Solo dices eso? "no fue mi intención" después de que casi me cortas el brazo, tú eres dueño de tus actos.

—Oye de verdad lo siento pero ya no soy dueño de mi actos, yo sé que no tiene sentido pero es verdad, yo no quería hacerlo.

Me quede pensativa, en mi mente cabía una posibilidad de que el también estuviese jugando.

Tal vez estaba siendo un poco paranoica con esto es imposible que el este en la misma situación que yo, es decir, todos los que juegan son gente suicida con problemas mentales ( a acepción mía Claro) el no se veía como esa clase de personas rara.

—¿Es como si alguien te estuviera obligando?—pregunte.

Guardó silencio

—Es como si jugaran contigo ¿verdad?—volví a preguntar.

El solo asintió.

Mis sospechas cada vez se hacían más creíbles.

—Si, pero no puedo hablar de ello— Dio la vuelta y empezó a caminar.

—¿Te retaron, verdad?.

El paro en seco y volteo hacia mi, esperando que dijera algo pero no lo hice.

Solo nos quedamos mirándonos esperando que uno de los dos hablara.

Traía unos pantalones de pijama así que no me fue difícil remangarlo hasta la altura de mi muslo donde se encontraba la cicatriz que me hice gracias a mi primer reto que era dibújate una flor, tu piel será el papel y la tinta será tu sangre.

Al lado de mi cicatriz también se encontraba el tatuaje de una flor.

—Al parece tú también lo juegas—Dijo subiendo un poco su manga para enseñarme la misma cicatriz que yo tenía.

No lo podía creer, acababa de encontrar a una persona que está en le mismo pozo sin salida que yo.

—¿Cómo terminaste jugando esto?—le pregunte.

—Es una ridícula y larga historia—comentó sonriendo, de verdad tenía una simpática sonrisa.

—Creo que tengo mucho tiempo—dije sentándome en la parada de autobuses.

Cuando se sentó a mi lado pude obsérvalo con mayor claridad. Era Moreno pelo corto con un poco de sobrepeso pero se veía adorable, tenía una sonrisa encantador y unos ojos marrones.

—primero que nada soy Matt el mayor tonto de la historia—estrechó mi mano.

—y yo soy Piper —dije entre risas.

Que manera de conocer a un chico.

—Ok, cuéntame—me acomode en el asiento.

—hace unos meses me mudé a esta ciudad, yo antes vivía en un pueblo pequeño alejado de la ciudad, de esos donde todo el mundo se conoce. Cuando llegue aquí se me hizo muy difícil acoplarme en la escuela.

Allí había un grupo de chicos que según todos eran los más populares y desde que los conocí quizá estar en ese grupo pero no me hacían caso, un día me dijeron que si quería ir a una fiesta que estaban organizando tenía que jugar esta cosa de la flor infernal. Ya que me dijeron que ellos también lo jugaban lo cual era mentira. Al día siguiente cuando le dije que entre ellos solo se rieron me mi cara

— Que ridículos— La verdad daba pena su historia, comenzar una nueva vida de esa manera es terrible y saber que morirás pronto es aún peor.

—¿Y tú?

—yo que.

—Por qué comenzaste a jugarlo—Dijo entre risas.

—creerás que soy una retrasada pero bueno...conocí una chica, solo quería ser su amiga, ella jugaba el juego y me dijo que lo jugará también, me dijo que es una maravilla, me mintió y al final termine jugándolo. Que ingenua ¿verdad?

—Creo que los dos fuimos ingenuos.

Si, lo único bueno es que encontré a alguien tan ingenuo como yo.