VIII

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El camino de regreso fue en absoluto silencio, pero para nada incómodo, hasta que llegaron al rellano y Juan Pablo habló para despedirse- Ha sido una gran noche. Gracias por escucharme y no tirarme cosas a la cabeza después de contarte mis problemas- Leire lo miró con media sonrisa.

-No ha sido nada. Tú también me has escuchado a mí con mis paranoias sobre el amor, así que, estamos empate- en ese momento a ambos les resultaba incómodo mirarse, pero entonces Leire acercó distancias y acarició el rostro de Juan Pablo con su mano- Cuando quieras ya sabes dónde encontrarme, si necesitas hablar o desahogarte- y le dio un beso en la mejilla- espero que todo vaya bien con Natalia y no haya ninguna bronca innecesaria.

-Gracias otra vez- Juan Pablo tomó la mano de Leire y después de unos segundos la soltó- que descanses- dijo antes de tomar las llaves y disponerse a abrir la puerta.

-Igualmente- respondió imitando el gesto de Juan Pablo.

-¿Qué te pasa?- preguntó Leire nada más entrar y cerrar la puerta viendo a Becca de brazos cruzados y con mala cara.

-Me pasa que eres una idiota- respondió poniendo los brazos en jarra.

-¿Perdón?

-Espero que todo vaya bien con Natalia- dijo repitiendo lo que Leire le acababa de decir a Juan Pablo.

-No voy a sorprenderme de que hayas estado espiando a través de la mirilla, pero ¿qué tiene de malo lo que le he dicho?

-A veces creo que no eres inteligente. O sea, tiene problemas con su novia y tú en vez de aprovechar y lanzarte a por él, vas y le animas a que lo arreglen. No tiene sentido- Leire rodó los ojos y caminó hasta su cuarto- No huyas, cobarde- y la siguió hasta la habitación.

-Becca, para mí no es ético aprovecharme de una situación como esta. Además, somos amigos y a él se le ve realmente interesado en arreglar las cosas con su novia.

-Claro, por eso te trajo flores, porque quiere arreglarlo con su novia.

-Deja el sarcasmo. Estoy cansada y mañana tengo muchas cosas que hacer.

-Mirar para otro lado no va a ayudarte.

-¿Ayudarme a qué?- Leire no entendía nada de lo que su amiga trataba de explicarle.

-Leire, admítelo de una vez, te mueres por cada uno de los huesos de Juan Pablo- dijo tomándola de los hombros y mirándola fijamente.

-A veces creo que la que se muere por él eres tú- respondió soltándose de las manos de Becca.

-No, no es mi tipo- y se sentó al borde de la cama- a mí me gusta Villa, con esos ojitos color chocolate y esa voz tan dulce con esa carita tan adorable- y dejó escapar un leve suspiro mientras Leire la veía al borde de un ataque de risa- pero ni modo, tiene novia y no te rías, no tiene gracia- se quejó tirándole un cojín.

-Ya, ya está. Rebecca hay más hombres en el mundo... por desgracia- dijo metiéndose en la cama- ahora ve a dormir y a soñar con los angelitos.

-Y tú a ver si tienes un sueño sucio con Juan Pablo y admites de una vez que te gusta- antes de que Leire pudiera responder, Becca ya había salido de la habitación.

Cuando Juan Pablo entró en la casa vio que todo estaba a oscuras y que todos parecían estar dormidos. Gracias a Dios para él que no tendría que soportar a esos 3 hasta por la mañana. Ahora solo quería dormir y descansar para poder despejar su mente, pero cuando todo parecía ser perfecto, Villa lo intercepta antes de que entrara en su habitación.

¿Qué es el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora