En unos días más, Leire estaría regresando a Madrid y aunque se moría de ganas por volver no podía evitar sentirse un poco triste por tener que irse. Se había acostumbrado a la rutina diaria y a la familia Gabbani, que siempre la recibía con los brazos abiertos. Por otro lado, sabía que Juan Pablo volvería a España muy pronto y le prometió estar allí para cuando llegara. Ya no podía aguantarse las ganas de volver a verle, sentía que la ansiedad la sobrepasaba por momentos.
(En italiano):
-¿Preparando todo para regresar?- preguntó Dalila asomando por la puerta entreabierta.
-Sí, no quiero dejarme nada atrás- respondió Leire haciendo pasar a Dalila.
-Te mueres por volver a ver a tu novio, ¿cierto?- dijo Dalila sentándose en la cama.
-No puedo esconder eso aunque quiera, sé que se me nota demasiado- sonrió Leire tomando asiento también.
-No hay nada de malo. Habéis estado mucho tiempo separados y es normal que los dos estéis locos por reencontraros. Yo doy gracias a Dios de no haber tenido que estar mucho tiempo separada de Francesco, porque no sé si podría soportarlo.
-¿Sabes? Cuando conocí a Juan Pablo me atormentaba esa idea de enamorarme de él porque sabía que nuestros trabajos no nos iban a dejar pasar mucho tiempo juntos, pero supongo que uno no puede evitar que eso pase.
-Sé que suena a tópico, pero el amor todo lo puede. Tal vez estéis destinados a pasar tiempo separados, pero por otro lado, el tiempo que paséis juntos lo viviréis muy intensamente.
-Nadie dijo que el amor fuera fácil. Soy consciente de que, en algún momento, yo me alejaré un poco de esta vida tan frenética que llevo para poder acompañarlo. Al fin y al cabo, es más fácil que renuncie yo a que renuncie él. Mi trabajo puedo desempeñarlo a distancia, sin embargo él tiene un compromiso con 3 compañeros de banda y se debe a su público. No quiero ni pensar que algún día el quisiera dejar todo eso por lo que ha luchado y está a punto de conseguir, porque me sentiría culpable.
-Supongo que tienes razón. Ninguno debe interferir en el trabajo del otro y sé que decidas lo que decidas será lo correcto. Eso sí, una vez al año al menos tienes que venir a visitarnos.
-Eso está en mi lista de propósitos cada año nuevo, pero también de vez en cuando podríais venir vosotros a verme a Madrid.
-Es verdad, tienes toda la razón. Te prometo que el año que viene sacamos un hueco para ir a verte- Dalila y Leire se abrazaron unos segundos hasta que Francesco entró en la habitación.
-¿Interrumpo algo?
-No, solo estábamos hablando- respondió Leire levantándose de la cama.
-Cosas de mujeres, imagino- bromeó Francesco.
-Pues no necesariamente- dijo Dalila poniéndose en pie y acercándose a Francesco para besarle- hablábamos del amor a distancia- de inmediato Francesco hizo una mueca de desagrado.
-Me deprime solo escucharlo- bromeó- venía para avisaros de que esta noche Marco está de paso en la ciudad y nos invitó a cenar.
-¿Marco está aquí?- preguntó Leire sorprendida cerrando las puertas del armario.
-Se marcha mañana y supo que estabas por aquí. No quería irse sin saludarte.
-No sé si quiero ir a esa cena- dijo Leire con desgana.
-No puedes rechazar una invitación. Es de mal gusto.
-Francesco, sabes de sobra el porqué de que no quiera ir. No tengo que explicártelo otra vez.
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¿Qué es el amor?
Hayran KurguNovela corta de carácter romántico. Apta para todos los públicos.