Capitulo 2 ¿Somos Amantes?

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Al día siguiente

Narra Dazai

La noche que viví con Chuuya fue fantástica, no pensé que hacer ese tipo de cosas fuera tan placentero, como quisiera volver a tocar cada extensión de su delicado y fino cuerpo; pero antes quisiera probar sus labios, quiero saber a qué saben y que tan suaves y tiernos pueden ser sus besos

Mi mente sola se imaginó de nuevo a Chuuya diciendo mi nombre de manera erótica, me levante de mi cama con rumbo a la cocina, pues quería llevarle algo de comer a mí ahora pelirrojo, tome lo primero que vi y me dirigí de nuevo a la habitación

Narrador

-Me duele todo mi cuerpo —Susurraba el menor tratando de acomodarse en la cama con dificultad, pues él dolor en sus caderas le era insoportable.

-Buenos días Chuuya —Saludo el mayor dejando una pequeña bandeja en una mesa que se encontraba al lado de la cama del anterior nombrado.

-¿Que tienen de buenos? —Bufó molesto.

-Te traje el desayuno —Dijo el mayor señalando la bandeja.

-No quiero nada, gracias —Contesto el menor.

-Comes, o te repito lo de anoche —Susurro Dazai de forma picara en el oído de su compañero.

-Está bien, dame la bandeja —De manera obediente, el menor se sentó con dificultad en la cama.

-¿Tan malo estuvo? —Esbozo Dazai con una pequeña sonrisa en su rostro entregándole la bandeja a Chuuya.

-Sí, eso fue horrible, ahora por tu culpa me duele todo el cuerpo, —Reprocho el menor tomando la bandeja mirando lo que había en ella — ¿A esto le llamas desayuno? —Pregunto mientras miraba aquel jugo de naranja y las galletas que había en un plato.

-Sabes que odio cocinar, así que simplemente tome lo que había en la cocina —Contesto Dazai regalándole una pequeña sonrisa a Chuuya el cual comía las galletas con mucho gusto.

-wow, en verdad que son ricas —Pronunció tomándose todo el jugo de naranja en un sorbo — Gracias estuvo rico el "desayuno" —Le entrego la bandeja, para poder acomodarse de nuevo en la cama.

-Me alegra que te gustara —Dejo la bandeja devuelta en la mesa —Chuu-ya –Susurro en su oído, acomodándose al lado del menor.

-Podrías dejarme en paz —Refunfuño el pelirrojo.

-No, yo quiero repetirlo —Dijo suavemente el mayor dándole pequeños besos llenos de deseo en el cuello al menor.

- Yo no quiero —Dijo, pero de su boca traicionera salió un gemido.

-Eso no dice tu cuerpo sediento de placer —Susurro el castaño, tocando ya el miembro erecto de su compañero.

-mm... ¡ah! Osa... mu... ¡ah! —Jadeaba el menor enarcando su espalda.

-¿Que pasa Chuu-ya?—Gruño el mayor moviendo su mano de manera rápida en el miembro ajeno —No puedo más —Susurro y metiendo dos dedos en la entrada del menor empezó a moverlos de manera rápida sacando más de un gemido de su boca.

-Osa... mu... pa-para —Pidió el pelirrojo, le gustaba lo que le hacía Dazai de eso no hay duda, pero aún no se acostumbraba a la sensación de sentir algo en su trasero.

-No puedo Chuuya perdón —De manera ronca susurro en su oído mientras lo acomodaba boca abajo, dejando así el trasero del menor a su disposición, metió su miembro por completo en el interior del menor.

-¡Osa-mu!—Grito el menor al sentir el miembro de su compañero.

-Grrr... —Gruño el mayor comenzando con un vaivén de embestidas suaves.

-Os... Osa... mu... ¡ah! —Gimió el menor al sentir como él mayor rozaba su próstata una y otra vez— Ra-ra... pi... do... —Pidió, comenzando a sentir el fuerte movimiento en su cadera por parte del castaño.

-Chu-Chu... uya... —Susurro de manera ronca al llegar al orgasmo junto con Chuuya, salió de su interior de manera suave y se dejó caer aun lado de la cama.

Al igual que en la noche anterior el pelirrojo cayó dormido del mismo cansancio que le provocaba aquella actividad erótica realizada

-Eres tan hermoso Chuuya —Susurro el castaño dándole un suave besó en su mejilla, para luego tomarlo entre sus brazos y descansar un momento.

Paso una hora desde lo ocurrido, aquellos dos "adolescentes" se encontraban durmiendo plácidamente hasta que un pequeño ruido hizo que despertarán

-Chuuya, Dazai, ya es hora de despertar, podrían dejar de perder el tiempo ¡parecen de una maldita vez! —Grito Kouyou golpeando fuertemente en la puerta.

-Mm... ¿qué pasa? —Murmuró el menor tallándose los ojos.

-Al parecer nee-san nos necesita –Susurro el mayor.

-Entonces que esperas que no te levantas –Pronunció el pelirrojo propinándole una fuerte patada al castaño, la cual hizo que cayera de la cama.

-Así tratas a tu amante –Contesto el mayor levantándose del suelo.

-¡Ah! –Su sonrojo no podía ser más grande, oír salir esas palabras del castaño, para él era como un sueño, pues desde hace mucho gustaba de él.

-Lo que escuchaste –Esbozó el mayor, con esa típica sonrisa burlona en su rostro.

El pelirrojo con un poco de dificultad se levantó de la cama y se dirigió al baño lo más rápido que pudo; su corazón latía a mil por hora... Ser el amante de Dazai, claro que eso era lo que había deseado desde hace mucho, ahora que lo había conseguido no sabía cómo mirarlo o que decirle, se bañó rápidamente y salió del baño ya cambiado

-Dazai... ¿enserio ahora somos amantes? –Pregunto aun incrédulo.

-Claro que si ¿acaso no quieres? –Tomando al pelirrojo de la cintura hablo.

-Claro que quiero –Susurro, bajando su mirada para que Dazai no pudiera ver el sonrojo que tenían sus mejillas.

-Entonces que así sea Chuuya –Con delicadeza tomo el mentón del pelirrojo y levantando su mirada poso sus labios en los del contrario, probando así por fin tan finos y exquisitos labios, haciendo sentir en ambos aquellas mariposas.

Regalándose de vez en cuando uno que otro beso se dirigió a donde Kouyou, la cual los esperaba muy molesta, ganándose así un fuerte regaño por parte de la pelirroja... pero eso que importa los dos "adolescentes" de apenas 14 años, estaban en su propia burbuja de amor.

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Mi Verdadero AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora