Si o Si

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La siguiente obra NO es de mi autoría, es una adaptadción que fue realizada durante 2017, por lo que no cuenta con la mayoría de personajes que actualmente han aparecido en la serie y encontrarán personajes no canónicos que fueron creados con el fin de cubrir un papel importante en la historia, sin embargo, también aparecerán personajes de Ladybug PV.

Recuerda que a continuación, lo que leerás queda bajo tu responsabilidad y todo es una ficción.




17 años.

El sol invernal me molestaba, habían corrido las cortinas de mi habitación y eso logró despertarme. Estaba tan frío que ni la luz me convenció para salir de mi cama, estaba cómoda entre las tibias sábanas y la esponjosa almohada que mamá me había comprado la semana pasada.

Era una paz, una tranquilidad amortiguadora.

Hasta que Angeline entró corriendo y se puso a saltar sobre mi cama.

— ¡Es el día, es el día! —gritaba. Se tiró encima de mí y me destapó. Busqué las mantas con mi mano, pero las había apartado hasta dejarlas al borde de la cama. Genial, ahora debía levantarme.

— ¿De qué estás hablando, enana? —le pregunté irritada. Los intensos ojos de Angeline brillaban de excitación, algo la tenía muy emocionada. Algo que yo no podía recordar.

— ¡Es el día! —repitió. Le tiré el cabello y la boté al suelo. Se quejó un buen rato hasta que al fin se quedó callada.

—Ahora que estás calmada y no estás aplastándome, me dirás de qué bendito día estás hablando.

— ¡Es el cumpleaños de Adrien! —Exclamó.

Claro, era el cumpleaños de Pelos Rubios. Lo había olvidado por completo. O al menos eso intenté.

— ¿Y por eso me despiertas? —le gruñí. Angeline ya tenía catorce años y aún seguía siendo bastante infantil. Emilie cuidaba de ella como si fuera su hija, como Adrienne se había marchado hace ya algunos años a China para estudiar, consolaba su tristeza en velar por la felicidad de Angeline. De cierta manera eso me gustaba, ni Emilie ni Angeline sufrían, se tenían la una a la otra cuando más se necesitaban.

—Sí, es que ya es un adulto. ¡Ahora es un hombre! —gritó otra vez. Iba a dejarme sorda antes de que yo cumpliera los 18.

— ¿Y qué se supone que era antes? —ambas miramos hacia la puerta, donde Adrien se apoyaba en el umbral con los brazos cruzados sobre su pecho. Iba en pijama al igual que Angeline, tenía el cabello despeinado y se notaba de lejos que recién había despertado.

—Eras un hada—le dediqué una sonrisa burlona y él me devolvió una mirada asesina. Tuve una larga discusión con él después de que me regalara a Tikki, le expliqué que todos esos años creía que el hada de las galletas me las dejaba frente a mi puerta cada vez que me sentía mal. Le dije que era un acto muy dulce de su parte, pero que no lo hiciera más hasta que se me pasara el enojo por lo de Soren, que si quería mi perdón unas simples galletas no bastarían. No rechistó y me hizo caso, como todas las cosas que le pedí después de ese día.

—Lo importante es que ahora soy un hombre...

—Y mi chofer —agregué rápidamente. Angeline estalló en carcajadas.

Cuando Adrien fue a dar su examen para conducir, se puso tan nervioso que terminó por atropellar a las ancianas de maniquí que colocaban en la pista, pinchó un neumático y vivió su primer choque en el que destrozó toda la parte delantera del auto. Seguía siendo el mismo desastre como conductor que a los quince años.

Cásate conmigo / Adaptación Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora