¿Bailamos?

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La siguiente obra NO es de mi autoría, es una adaptadción que fue realizada durante 2017, por lo que no cuenta con la mayoría de personajes que actualmente han aparecido en la serie y encontrarán personajes no canónicos que fueron creados con el fin de cubrir un papel importante en la historia, sin embargo, también aparecerán personajes de Ladybug PV.

Recuerda que a continuación, lo que leerás queda bajo tu responsabilidad y todo es una ficción.




No quería salir, era vergonzoso y ridículo, sin mencionar horroroso.

El vestido caía en suaves ondas blancas y terminaba con un bordado plateado con flores. Era el vestido de novia que todo chica soñaría, menos yo. El solo pensar que me casaría en un mes más me producía náuseas, provocaba que la respiración se me cortara y que todo me diera vuelta. Aún seguía un poco enferma, estuve en cama por una enfermedad respiratoria, aunque no fue nada grave. Eso solo sirvió para que el viejo Adrien volviera.

A veces me preguntaba que pasaba por su cabeza, un día estaba bien y al otro no. No me atrevía a preguntárselo, tal vez fuera demasiado obvio y yo no me diera cuenta y de ser así él nunca me perdonaría el habérselo preguntado.

Di una pequeña vuelta, admirando el vestido y junté valor. Tenía que salir del probador en algún momento de mi vida. Abrí un poco la puerta y las vi allí: Juleka, quien daría el veredicto final, Alya, Lila, Chloe, mi madre, Angeline, Bridgette y Emilie. Todas juntas llenaban el espacio dado para esperar y ver el vestido.

Salí sin mirarlas, no quería ver sus expresiones. Pero las vi de todas formas, ya que el lugar estaba rodeado de espejos.

—¡Mari, no lo puedo creer! ¡Mírate! —mi madre fue la primera en gritar. Se acercó a mí corriendo y antes de darme cuenta de lo que hacía, el flash de la cámara me cegó. Sacó más de veinte fotos.

Juleka caminó alrededor de mí, examinando cada detalle del vestido mientras Lila me hablaba sobre las combinaciones que podrían hacer con los vestidos de dama de honor.

No quería ofenderla ni bajar su ánimo, peor estas cosas me traían sin cuidado. No importaba la tela o el diseño de un vestido, a final de cuentas me casaría igual con Adrien de la misma forma en que lo haría en China que en Francia.

—Este es el indicado —sentenció Juleka. Todas estuvieron de acuerdo. Pidieron mi opinión, no las contradije y les di en el gusto.

Emilie me ayudó a sacarme el vestido sin arrugarlo, y las demás fueron a ver los de dama de honor mientras mi madre pagaba.

—¿En serio te gusta el vestido, Marinette? ¿O solo dijiste que sí para no probarte otro? —Emilie era muy perceptiva. Reí bajo, dándole a entender que tenía razón.

Negó con la cabeza y su mirada se ensombreció un poco.

—Marinette, yo te quiero tanto como a mis hijos, pero no puedo soportar ver que tú no quieres a Adrien tanto como lo hace él.

Me quedé en silencio con sus palabras, nunca antes me lo había dicho tan directamente. Siempre me decía lo mucho que me quería Adrien y que por favor intentara dejarlo que me conquistara. Pero al parecer su paciencia, o tal vez su tolerancia, habían llegado a cero.

Y la comprendía: si mi hijo estuviera enamorado de una idiota como yo, también hablaría con ella.

—Lo siento, Emilie.

Cásate conmigo / Adaptación Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora