Volver a vivir en esta casa me deprime. No tengo mucho recuerdos de ella, mi mama y yo nos fuimos cuando solo tenia 4 años. Ha pasado el tiempo pero no ha cambiado tanto como pensé. No quería volver. Todavía no entiendo por que estoy aquí y solo se que no debería estar.
Alina la vio escribir y empezó a reírse.
—Entonces, era verdad —exclamo— Debes estar disfrutando esto.
—No te entiendo — respondí, cabizbaja.
Ella siempre me trataba asi de mal. No recuerdo que en algun momento su forma de hablar conmigo haya sido otra.
—Era lo que querías. Volver a esta casa.
—No es cierto.
—Deja de hacerte la inocente —bufo— No te cree nadie.
Belén se canso de escucharla y se fue de la habitación. Alina la siguió cuando Agustín las encontró en medio del pasillo.
—¡Cualquier cosa, decile a el que fue quien tuvo la estúpida idea!
Alina miro a su padre, asombrada.
—¿Que hiciste que? —pregunto, furiosa— ¡Te volviste loco!
—Las cosas no son como vos pensas, tranquila.
Ambos se sentaron y notaron que el desayuno no estaba en la mesa.
—¡Roberta! —gritaron al unisono.
Empezaron a reírse, eran tan parecidos.
—Lo hice solo para hacer sufrir a Aranza.
—Ah, entiendo —exclamo su hija— ¿Pero por que?
—Belen es su debilidad. El tenerla acá va a hacer que esa perra no pare de sufrir.
Agustín miro a su hija y empezó a reírse.
—Y no creas que no vi lo que hiciste. Estoy muy orgulloso de vos.
—¿Queres que lo siga haciendo?
—Obvio —solto una carcajada— Quiero que le hagas la vida imposible a Belén.
***
Belén salio corriendo de su nueva casa. Estaba aterrada. Sabia que todos los días serian así a partir de ahora. Extrañaba a su madre y al parecer tenian una conexion especial ya que de tanto pensar en ella, la estaba esperando afuera. No era una casualidad.
—¡Mi amor! —se abrazaron— ¿Estas bien?
—No. ¿Por que tengo que estar con ellos?
—Agustin convenció al juez para que le entreguen la custodia.
Madre y hija compartieron la mirada de desilusión.
—Pero no te preocupes, yo soy tu madre y voy a hacer hasta lo imposible para que vuelvas a estar conmigo.
—Te extraño, mama.
—Tambien yo —Aranza empezó a llorar mientras se aferraba a ella cada vez mas.
Agustín las estaba observando desde la ventana.
—Esperame acá, Alina. Ya vuelvo.
Ella se detuvo a observar la situación. Sabia que algo estaba por ocurrir.
—¿Que estas haciendo aquí?
—Vengo a ver a mi hija.
Agustin empezó a reírse
—Fuera de mi casa o llamo a la policía.
Aranza solo lloraba cada vez mas mientras Belen agachaba la cabeza sin saber si llorar o huir.
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Maltratadas
Teen FictionUna noche, Belén decide suicidarse. Angustiada, sin encontrar motivos para seguir y al no encontrar una salida, acaba con su vida sin haber podido contarle a alguien lo que estaba pasando. La muerte de Belén trae de vuelta a su hermano Alex al país...