Capítulo 11: Un Futuro Incierto

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Cuando abrió los ojos, vio que se encontraba en un valle. Todo a su alrededor eran flores y naturaleza, dándole un aire fresco al lugar. Todo era muy pacifico y calmado, todas las flores y plantas en el lugar se movían con la brisa que pasaba por el lugar.

En medio de todo aquel valle, había un árbol de cerezo que al parecer había florecido recientemente. Con un poco de inseguridad se fue acercando a este y pudo ve a una mujer recostada al pie del árbol.

Era una mujer joven, pero se notaba que era mayor que ella. La mujer misteriosamente tenía su mismo color de cabello, pero esta lo traía más largo y amarrado en una coleta baja. Estaba vestida con un kimono blanco y encima una especie de manto rojo que contrastaba con toda su vestimenta.

Justo a unos metros frente a la mujer, Yukiko se detuvo y pudo ver como la mujer levantaba su rostro para mirarla fijamente.

- ¿Quien eres tú?- preguntó la adolescente.

La mujer se quedó callada y solo la siguió mirando con serenidad. Esto hizo que Yukiko se pusiera incomoda y justo cundo iba a preguntar de nuevo la mujer bajo la mirada y esbozo una sonrisa.

- Tal vez no me conozcas, pero yo a ti si.- respondió la mujer misteriosa mientras se levantaba del suelo.

- ¿A que te refieres?- habló casi gritando por la confusión.- ¿Que es este lugar?¿Que hago aquí?

La mujer volteo a ver el árbol detrás suyo y luego volvió a mirar a la chica frente suyo.

- Sígueme.- dijo con simpleza antes de empezar a caminar por los campos.

Aún confundida, Yukiko decidió seguir a la mujer misteriosa hasta una especie de cabaña. La mujer abrió la puerta y le hizo una seña a Yukiko para que pase. Era una cabaña pequeña, en su interior solo había una mesa con dos sillas frente a la ventana que proveía la iluminación necesaria a la pequeña cabaña. Encima de la meza había una tetera y dos tazas vacías.

La mujer misteriosa se sentó en una de las silla y apoyo un brazo en la mesa, luego volteo a ver el paisaje por la ventana descansando su cabeza en su mano.

- Vamos siéntate.- dijo sin voltear a verla.

Yukiko se acerco a la mesa y jaló la silla para poder sentarse. Todo se quedó en silencio por un momento, hasta que un suspiro, de parte de la mujer misteriosa, interrumpió el incomodo silencio.

- Se que debes tener muchas preguntas, pero no creo que sea bueno que te responda todas.- dijo cruzándose de brazos sobre la mesa.

- ¿Por que no puedes contestarlas todas?

- Algunas cosas es mejor no saberlas, al menos no por el momento.- dijo mirándola seriamente.

- ¿Al menos me dirás quien eres?- murmuró con u tono de molestia.

- Solo te diré que mi nombre es Yuki No Kou. Y este lugar es la dimensión vacía, mi dimensión propia.- esta respuesta sorprendió mucho a Yukiko, pero antes de que preguntase algo la mujer la interrumpió.- Antes de que preguntes como es esto posible, te voy a decir que yo no soy humana, puedo tener la apariencia de una, pero no lo soy.

- ¿Que eres?- preguntó la adolescente de pelo corto.

- Eso lo dejo a tu imaginación.- respondió sonriendo.- Bueno, dejando eso de lado, quería hablar sobre algo contigo.

- ¿Conmigo?- dijo confundida.

- Es sobre tu destino....- esta respuesta hizo que Yukiko abriera los ojos con sorpresa.- No te puedo dar los detalles, pero te debo advertir de que algo muy malo está por pasar. Aprende a controlar el poder en tu interior y salva a aquel hombre que amas antes de que se demasiado tarde...

Eso fue lo último que escuchó Yukiko antes de que todo se volviera negro, y todo se sintiera como un vació.

Yukiko despertó en su cama, estaba sudando y muy agitada. Soltó un suspiro y salió al patio a ver las estrellas en el firmamento, luego su vita se centró en la enorme estrella blanca frente a sus ojos. La luna, era la cosa más brillante en la noche, sobre salía de entre las otras estrellas por su gran belleza.

Yukiko soltó un suspiro mientras se sentaba en el césped apoyándose con sus dos manos.

- Al parecer todo fue un sueño. - Yukiko esbozó una sonrisa de alivio mientras se volvía a parar, para dirigirse a su cuarto nuevamente y tratar de dormir aunque sea un poco más antes de que salga el sol.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora