Capítulo 14: La Noticia

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Ya habían pasado casi dos semanas desde el anuncio de Hagoromo sobre la prueba del heredero del ninshuu, ambos hermanos se habían estado preparando para su partida dentro de poco. Ellos tendrían un largo viaje por delante, después de todo aquellos lugares eran en tierras muy lejanas.

Ashura pasaba sus días junto a sus amigos del pueblo, y por las tardes entrenaba un poco junto a su padre. Ashura se la pasaba trabajando en los campos cuando no estaba con sus amigos o entrenando, algunas veces visitaba a Yukiko para que esta le enseñase acerca de medicina en caso de que lo necesita ce más adelante.

Por otro lado Indra se la pasaba entrenando en el claro del bosque, desde hace un tiempo Yukiko lo evitaba y el no lograba entender el porque. Indra se había limitado a pasar sus días estudiando y entrenando para despejar su mente de aquello.

Indra y Yukiko habían empezado una relación hacía unos dos años atrás, ambos no creyeron importante el decirle a los demás que eran pareja así que era como una especie de secreto entre ellos. Sus citas y encuentros generalmente se daban en los claros del bosque o en un lugar apartado de la naturaleza libre de bulla.

A ellos les encantaba la compañía del otro, y se pasaban esos momentos especiales hablando y riendo entre ellos. Hacía un mes que tuvieron su primera vez juntos, pero extrañamente después de una semana Yukiko lo empezaba a evitar y cada vez que lo miraba se sonrojaba y apartaba la mirada hacia otro lado.

A él le parecía un gesto adorable, por lo que no podía evitar sonrojarse un poco y apartar la mirada de igual manera.

Después de aquella reunión hacia dos semanas atrás, Ashura le había preguntado sobre sus sentimientos por la pelirosa, a lo que el pelinegro lo miró con cara molesta y le había gritado un poco nervioso diciéndole que no era de su incumbencia, a lo que el menor con un puchero se resigno a no hacer más preguntas.

No era que a Indra le molestase admitir lo que sentía hacía aquella mujer de ojos esmeraldas, sino que era el hecho que su hermano no dejaría de hacer bromas sobre aquello si es que el se lo decía cara a cara, y eso su orgullo no lo permitiría jamás.

Ya cansado de estar sentado durante horas mirando el cielo por la ventana, Indra cerró el libro frente a él y estiró los brazos con pereza. Le entristecía que ahora Yukiko lo esté evitando sin razón aparente, cada vez que él se le acercaba a preguntar que pasaba ella huía de él sin dejarle decir una palabra.

El chico suspiró pesadamente y se paró de su lugar con el libro en mano, guardó el libro en uno de los estante de la biblioteca, recordaba todo el tiempo que había pasado junto a su hermano y Yukiko de pequeños en ese lugar. Todas aquellas tardes en las que los tres niños se las pasaban estudiando de los libros de su padre, aún recordaba todos los regaños de Yukiko hacía Ashura cuando él hacía algún desastre.

Todos esos recuerdos le provocaban una gran nostalgia, después de todo esos fueron los días más felices que pasó en su infancia. A diferencia de su hermano menor, Indra no le era tan fácil hacer amigos y hablar con otros niños que no fueran su hermano y Yukiko, por lo que valoraba mucho aquellos momentos en los que ellos tres podían estar juntos y platicar como buenos amigos.

Después de haber estado un rato hundido en sus recuerdos finalmente se retiro de la biblioteca, justo en cuando se disponía a cerrar la puerta, notó que Yukiko estaba frente a él temblando, su primera reacción fue sorprenderse y retroceder un poco, no se esperaba que ella estuviera esperándolo afuera, menos con toda la brisa que hacía afuera.

- ¡Yukiko mírate estas temblando, me hubieras avisado de que estabas aquí, hace mucho frío aquí afuera necesitas abrigarte!- el chico preocupado abrazó a la chica frente suyo, pero esta no dejaba de temblar dejándolo aún más confundido.

-No estaba temblando por eso...- la pelirosa estaba más que nerviosa, así que se separó del abrazó lentamente y agarró a Indra del brazo y bajó la mirada.-.....Indra tenemos que hablar..-dijo la chica con un hilo de voz.

- ¿Que pasa?¿Te encuentras bien?- preguntó el pelinegro preocupado recibiendo un asentimiento de parte de su contraria.

- Hay algo que tengo que decirte...- la pelirosa cerró fuertemente los ojos y apretó un poco sus puños.-...realmente no sabía como decírtelo, estaba aterrada la verdad, no sé tu que pensaras de mi o que será de nosotros después de esto pero...- la joven fue interrumpida cuando Indra tomó su rostro suavemente y le plantó un cálido beso en los labios disipando todos sus nervios. Indra separó en beso y junto sus frentes mientra la miraba fijamente a los ojos.

- Escuhame bien, no sé cuantas veces te le he dicho y lo volveré a decir si es necesario.- La ojijade se sonrojo un poco ante la intensa mirada de su contrario.- Yo te amo, y eso no cambiará aunque pasen mil años.- La pelirosa no pudo contener más las lágrimas y comenzó un llanto silencioso mientras abrazaba a la persona frente suyo. - No llores, no me gusta verte llorar.- dijo el pelinegro mientras secaba las lágrimas de su novia con sus pulgares.

- Indra yo-y-yo.....- la pelirosa dio una gran bocanada de aire tratando de juntar valor para por fin revelar aquel secreto que había guardado desde hace semanas.-.....e-estoy embar-az-zada- terminó la mujer en un hilo de voz.

Indra abrió los ojos como platos ante tal revelación, ¿acosa escuchó bien?, ¡sería padre!¡SERÍA PADRE DEL HIJO DEL AMOR DE SU VIDA! nada podía hacer para expresar lo que sentía en ese momento. Con gran alegría cargó a Yukiko de la cintura y luego la bajó para abrazarla con suma alegría. La separó un poco aún cogiéndola suavemente de los hombros.

- ¿Esto-o es verdad?- preguntó el pelinegro con un tono extremadamente alegre, algo muy extraño en él.

Yukiko se había quedado muda por todas las emociones que estaba experimentando en ese momento, así que como pudo asintió con la cabeza en señal de afirmación a lo que el pelinegro la había abrazado nuevamente. Después de unos minutos finalmente rompieron el abrazo y Yukiko tomó del brazo a Indra para ir a un campo de flores. Ahí ambos se sentaron debajo de un árbol a disfrutar del hermoso día mientras estaban abrasados.

- Indra...- llamó la pelirosa captando la atención de su novio.

- ¿Que pasa?- respondió él alegremente.

- ¿Como se lo diremos a tu padre y hermano?, por que ellos merecen saberlo también, después de todo también son tu familia.- dice la ojijade mientras se separaba un poco del pelinegro arrodillándose frente a él.

- Creo que los reuniremos y se los contaremos juntos, no quiero que todo el mundo este ahí, quiero que ellos lo sepan antes que todo el resto de los pupilos de mi padre.- dijo el de ojos onix mirando el brillante cielo azul frente a sus ojos.

- ¿No tienes miedo de saber como reaccionaran ante la noticia?- preguntó la chica un poco nerviosa.

- No realmente, sé que ellos estarán muy alegres con ellos, tu los conoces y sabes muy bien como son ¿y aún así estas nerviosas?- el pelinegro había dicho lo último en tono de burla a lo que la pelirosa respondió dándole un golpe en la cabeza y cruzando se de brazos indignada.

- Se los diremos antes del viaje.- dijo la ojijade resignada acariciando su vientre ante la mirada de ternura de Indra.

Indra se acercó a ella nuevamente y la abrazó por la espalda colocando sus manos en el vientre de su novia.

- No podría ser más feliz....- el pelinegro acariciaba suavemente el vientre abultado de su contraria.- Recuerda que si tienes miedo, puedes contar con mi apoyo, después de todo yo te prometí que estaría siempre a tu lado, pequeña flor.

La chica solo se limitó a sonreír le a su novio mientras volvía su mirada al frente. El sol se estaba ocultando, el cielo se empezaba a tornar de un color naranja suave indicando que ya casi era la hora de ir a casa. La pareja de enamorado se dio un beso ante la hermosa escena que se formaba frente a ellos, realmente este sería un día memorable en la vida de ambos.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora