Capítulo 13: La Prueba

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- Los convoque aquí para anunciar mi decisión acerca de quién será el próximo maestro del ninshuu.- esas palabras resonaron por toda la sala. Todo guardaron absoluto silencio. 

El sabio miró a todos en la sala. Tenía un semblante serio y atento, lo que provocaba que varios de los presentes se pusieran nerviosos al no saber que esperar. La tensión en el ambiente era tal que nadie apartaba la mirada del líder.

- Pero primero que nada, habrá una prueba.- Uno de sus seguidores vino con dos pergaminos en mano, se los entregó haciendo una reverencia para luego tomar asiento nuevamente.- Indra, Ashura acérquense.

Ambos hermanos cruzaron miradas antes de levantarse y posicionarse frente a su padre. A ambos estaban muy nerviosos, Ashura no dejaba de apretar sus manos, mientra que Indra cerraba sus puños con mucha fuerza tratando de mantener la compostura.

- En estos dos pergaminos hay información de dos lugares a los que el ninshuu no ha llegado a influenciar, en estos dos lugares aún hay partes del Shinju infectando el ambiente. Su trabajos hijos míos, será purificar esos lugares de la influencia del Shinju y curar esas tierras de la enfermedad que las atormenta.- el hombre sabio le entregó un pergamino a cada uno de sus hijos, ambos hermanos agarraron su respectivo pergamino y solo se limitaron a verlo.- Esta prueba no es para ver cuanto tiempo les toma realizar el trabajo, así que pueden tomarse el tiempo que sea necesario para terminar con el trabajo, no hay apuro, yo los esperaré pacientemente aquí mismo.

- ¿Y cuando partirán Hagoromo-sama?- la voz de la pelirosa llamó la atención de todos en la sala, algunos la miraban con reproche y otros con temor, después de todo ella había interrumpido al sabio en su explicación y eso era considerado una gran ofensa.

La pelirosa al ver todas sus miradas, ella se resigno a bajar la mirada nerviosa. El sabio miró a la mujer pelirosa a su lado y le dedico una mirada comprensiva antes de seguir con lo que decía.

- En un mes ambos partirán a ambos lugares, hasta ese momento preparase y hagan lo que tengan que hacer hasta el momento de su partida.- ambos hermanos asintieron levemente ante las palabras de su padre.- Eso es todo, pueden retirarse....- el mayor se paró de todos los aprendices quienes se retiraron de la sala rápidamente dejando a los dos hermanos junto a la pelirosa. La pelirosa se levantó sin despegar la mirada del suelo. 

Indra miró a la pelirosa mientras ella levantaba la mirada por un momento, cuando cruzaron miradas ambos se sonrojaron y desviaron la mirada inmediatamente. Este hecho no pasó desapercibido por el hermano menor quien esbozo una sonrisa burlona mirando a su hermano. 

Ambos hermanos se fueron juntos de la sala dejando sola a Yukiko. Yukiko volteo a ver el trono en el que el sabio se había sentado, centró su mirada en la media luna a un costado de este y se llevó sus manos al corazón y luego las bajó hasta llegar a su vientre.

- Realmente no sé como decírtelo......- la mujer un poco deprimida se dispuso a abandonar la sala.

Al salir, se dispuso a disfrutar de la vista del campo. No muchas veces se ponía ver el hermoso lugar en el que vivía, aquellas montañas verdes en el horizonte junto al enorme bosque de sauces enfrente de ella, además de los campos de arroz del pueblo le daban una vista exquisita de la naturaleza. En aquel lugar se respiraba aire fresco, si te quedabas callado podías  escuchar el cantar de las aves a tu alrededor, dándole un ambiente pacífico al lugar.

- Yukiko-sama.....-una mujer castaña se acercaba corriendo un poco nerviosa con un abrigo en mano.- Señorita no debería estar aquí afuera sin un abrigo apropiado, podría pescar un resfriado y eso no sería bueno, menos en su condición.

- No se preocupe mucho Hikari-san, ya iba directo a mi habitación. Tampoco es que sea una niña para que me repitan que debo hacer.- dijo la mujer haciendo un puchero.

- Señorita agradezco la confianza que me tiene, pero tiene que entender que en su condición hay que ser más cuidadosos aún con su salud.- la mujer castaña extendió el abrigo y cubrió a Yukiko con cuidado.

- Ya lo sé, solo que aún lo siento real.- dijo la mujer esbozando una sonrisa feliz mientras se acomodaba el abrigo.

- ¿Aún no se lo ha dicho a él señorita?- preguntó la mujer entrecerrando los ojos.

La pelirosa se sonrojó un poco y desvió la mirada a un costado haciendo un puchero, un poco más tranquila volvió a mirar a la ojiambar frente a ella un poco exaltada.

- Ni siquiera le hemos dicho a nadie de que estamos juntos y ahora yo le vengo a contar algo como esto...- dijo la pelirosa en un susurro mientras se sonrojaba más y jugaba con sus manos.

- Yukiko-sama, usted sabe bien que....- la ojiambar fue interrumpida por un grito de parte de su contraria.

- Si ya lo sé, solo me pone nerviosa saber como es que reaccionaran, como es de que el reaccionara al saber que será....- la pelirosa se interrumpió a si misma muy sonrojada colocando sus manos en sus mejillas.- Hikari-san mejor vamos a mi habitación y ahí tomamos una taza de té, quiero tranquilizarme un poco antes de pensar en como se lo contaré a todos.

- Como usted desee Yukiko-sama, mientras usted no este incómoda con ello, conmigo está bien.- dice la castaña haciendo una reverencia.

- Gracias por todo tu apoyo, no se como agradecértelo Hikari-san

- No se qué Yukiko-sama, yo estoy aquí para servirle.- respondió la mujer con una sonrisa.

- Me refiero a qué tu supiste como calmarme cuando me enteré de esto, no voy a mentir, realmente me sentí aterrada, tu supiste como calmarme y manejar la situación con normalidad, por ello te lo agradezco.- La pelirosa bajó su mirada y se abrazó a si misma cubriendo más con el abrigo.

La ojiambar solo contesto con una sonrisa y ambas prosiguieron con su camino tranquilamente, tras haber llegado a su cuarto y sentado junto a la ventana, ella dejó que sus pensamiento fluyeran, tenía muchas cosas en mente, pero por ahora se limitaría a disfrutar de su breve momento de paz.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora