Prostituta (J.C.)

12- Demons

     Ese día en la noche

Hoy no habíamos abierto el club, las nuevas estaban practicando con Amanda , así que necesitaban el lugar, seguramente algunas se llevarían uno que otro castigo, por eso me mantenía encerrada en la habitacion, como siempre hacia cuando llegaban nuevas chicas, lo que pasaba cada dos años.

Me obligaba a encerrarme y a hacerme la oidos sordos, pero esa noche, mi pesadilla regresaba.

- NO! -grité-

Me sacudía con fuerza tratando de soltarme. Las lágrimas salían de mis ojos antes de que pudiera pararlas, pero estaba muy ocupada luchando contra esos dos gorilas que me sostenían con fuerza,  arrastrándome escaleras abajo, como para ocuparme de ellas.

- ¿¡Porque me hacen esto!? - les grité a las dos personas que me habían dado la vida-.

Mi madre sólo se dedicaba a mirarme con lágrimas en sus ojos, si tanto le dolía mirarme así ¿porqué no hacía nada? , mi padre me miraba indiferente mientras yo le rogaba con la mirada que detuviera todo esto.

- Me han pagado mucho por ti, nos vendrá bien, debes sacrificarte por nosotros ______ ¿¡Porqué eres tan egoista?!

No entendía como era capaz de gritarme aquello.

Me sacudia y pateaba hacia todas partes, pero no importaba cuanto me moviera, no cuanto me esforzara su agarre no aflojaba, podía jurar que se intencificaba, sus dedos se enterraban en mi piel, haciéndome daño y me Di por vencida...dejé de luchar. Cuando me metieron al auto, taparon mi cabeza con un costal y me amarraron.

....

- AH!! - grité en cuanto sentí el cuero mojado golpear en mi espalda- AH! - dos- AH!! - tres, mi espalda ardía y mis gritos se volvían la fuerte, azotada tras azotada-. P-pa-a-ra AH!! - sollozaba, nadie me escuchaba, nadie me ayudaría,  nadie tendría  piedad de mí-

Me había rehusado a salir de la jaula de castigo, el primer nivel cuando cometes algo, la jaula era una advertencia, después de ella tu castigo eran los golpes. Yo no me había dejado ser sacada, me había hecho una pequeña bola en la diminuta jaula, cuando habían logrado sacarme, le escupí en la cara al tipo, segundos después el puñetazo se hizo presente en mi mejilla izquierda.

- Tu te lo buscaste zorra - me levanto del suelo y me arrastró hacia el sótano, donde recibías el castigo-.

Me había desmayado después de contar el azote numero 13, cuando desperté, seguía esposada al tubo del sótano y en ropa interior, comprobé que tenía más moretones de los que recordaba cuando perdí la consciencia, no importaba que no estuviera consciente, los golpes no pararon.

Mi cuerpo temblaba del miedo , no podía mantenerme de rodillas siquiera, estaba débil,  no quería mirar mi rostro, no lo sentía,  y sabía que estaba deformado por los golpes,  entonces una figura borrosa para mi, me miraba desde arriba.