13- Asesora

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Al levantarme, me quedé un rato mirando a la nada, reflexionando y dándome ánimos yo sola, obviamente no tenía una mini yo en la cabeza vestida de animadora y brindando por todos lados, gritando porras, sonreí un poco al imaginarmela, pero después me trajo tristeza, ¿habría sido una buena animadora si le hubiera hecho caso a mamá para complacerla? No, no si hubiera sido para complacerla, iría a competencias, animaría al equipo de la preparatoria a la que fuera, ganaría alguna medalla o un trofeo por mi "esfuerzo y dedicación", para mi, por mi, mis propias desiciones, mi vida, sonaría patético si me lo propusiera en mi antigua vida, pensaría que es de chicas fresas, ahora que me lo planteo -obviamente sabiendo que es imposible- sólo pienso que desearía esa vida, estar rodeada de gente que este orgullosa de mi, que me felicite por mis logros, tener un grupo social en el que integrarme, ahora sólo puedo aspirar al grupo social de las putas, como ese grupo en la escuela de chicas que se visten como prostitutas y le guiñan el ojo a todo hombre con pito que pase frente a ellas. Suspiré con pesadez y me levanté al mismo tiempo que traían mi desayuno, como todas las mañanas. Habían cambiado la alimentación, gracias al cielo; ahora comemos en la mañana y en la noche, debido a que algunas chicas han sido detectadas con inicios de Anemia y estaban un poco -demasiado- delgadas para gusto de los clientes, además de que se desmayaban en los ensayos. Se preguntarán ¿Cómo comerás en la noche si estás trabajando? tenemos un descanso controlado de manera que nuestra ausencia no sea muy notoria, además sólo son 20 minutos estrictos para comer.

Me dispuse a desayunar cuando el guardia que me trajo mi comida se retiró, yo no tenía ningún tipo de desorden alimenticio, y era porque odiaba estar delgada y tener encima una buena figura, tenía demasiadas molestias con mi cuerpo aparentemente en "perfectas condiciones para trabajar" como para sumarle a eso el pensar de mi misma que era gorda, yo era lo único que me quedaba y me iba a pasar el resto de mi vida despreciandome.

Una vez que di por terminado mi desayuno - si, lo decidí cuando no hubo mas contenido para ingerir del plato- me dirigí a tomar una ducha, sacando la tensión y el sudor de la noche pasada, claro, el jabón y el agua tibia sólo consiguieron sacar las impurezas que se encontraban en el exterior de mi cuerpo, mientras mi alma estaba manchada de por vida.

Me vestí normal, debido a que era el primer día de las nuevas en el poob, no habriríamos, nos dedicabamos a presentarnos con todas las chicas y enseñarles lo básico. Amanda revisaba sus cuerpos y miraba las imperfecciones en el, cualquier diminuto monte que se acumulara, era un escándalo, las dietas, el ejercicio y el estar obligada a hacerlo,  debido a alguna pequeña anomalía formándose o ya formada.

Bajé a la planta principal donde estaban las chicas ya paradas en el escenario con sus cuerpos encogidos, frente a la vista examinadora de Amanda y otras dos chicas -con las que yo no hablo- ya saben, no se puede hablar con todos. Ella al verme sonrió.

- Candy cielo! - expresó con felicidad- como estas?

Me encogí de hombros

- Da igual - mi semblante era serio, no me importaba realmente recordar lo de ayer por mas difícil que era-

Sabía que si la miraba con una sonrisa o con una mueca me dirigiría una de sus famosas miradas cargadas de pura y atroz lástima,  mi peor enemiga.

- Esta bien -regresó su mirada a las nuevas, por inercia yo también lo hize-

Mis ojos se toparon con unos curiosos ojos grisaseos. Sostube su mirada esperando a que la retirara, pero no lo hizo, era la misma chica que me preguntó que hacia yo aquí.  Al ver que no se disponia a apartar la mirada, levanté una de mis cejas con superioridad, entonces la apartó para mirar a la chica a su lado, que se aferraba a su brazo, asustada. No quería que ellas obtuvieran de mí lo que yo odiaba obtener de todos "lastima" la lástima es una mierda, una perra, si fuera una persona, seguramente me caería en la punta del pie... y hubiera perdido el control en poco tiempo -Ya saben, putazos por todas partes-. Pero de que manera mirabas a un grupo de chicas asustadas a punto de ser prostituidas en la misma situación donde alguna vez estuviste tu. La imagen de una yo totalmente perdida en sus pensamientos mientras Amanda decía las reglas, años atras, inundó mi mente y una ráfaga de aire helado recorrió mi espalda haciendo que me irguiera. Volví a la realidad cuando los ojos de todas estaban sobre mí,  miré a Amanda que me mirada pidiéndome algo con la mirada, pero como yo no había escuchado nada de lo que hablaba, no tenía idea.

- ¿Que? - okay, eso salió algo brusco-.

- Te preguntaba si podías presentarte.

Rodé los ojos

- Soy ______, pero frente a todos Candy Doll, tengo 19 y soy prostituta desde los 16.

Algunos ojos me miraban con miedo, otros con asombro, pero en los ojos de aquella chica no había ninguna de las dos, solo... curiosidad.

- Bien, ella era una chica problemática, nos costó mucho trabajo adaptarla a todo y que obedeciera, pero aquí está,  que les sirva de ejemplo chicas.

Rodé los ojos, yo no era un ejemplo a seguir para nadie.

- Ahora! - Amanda dió un aplauso que hizo a todas saltar en su propio lugar- hay que comenzar. Candy querida,
¿quisieras enseñarles un poco?

Me le quedé mirando un rato, en que nuestras miradas peleaban, para finalmente dirigirme a pasos pesados hasta el escenario, tomando el tubo entre mis manos hice la primera coreografía que me enseñó la instructora cuando llegué.

Cuando terminé,  voltee a mirar a todas, miraban el tubo y después a mi, con algo de asombro.

- ¿Alguna quiere intentarlo? - todas retrocedieron- bien, supongo que debo elegir yo a una.

Como era de esperarse, señalé a la chica de ojos curiosos.

- Tu - ella me miró- ven acá y enseñame que no me equivoco.

Ella se acercó hacia mí, sus pasos eran seguros, pero no demandantes, eso me agradó.

Tomó el tubo entre sus manos y me miró, asentí en su dirección e intentó hacer lo que yo, lo hacia bien, pero le faltaba lucirse, las demás chicas la miraban expectantes, Amanda asentia mientras la veía. Estaba orgullosa, me recordaba a mí, pero menos testaruda.

- Excelente - cantó Amanda y me miró - creo que la dejaré a tu cargo- yo fruncí el ceño-

- No

- Si

-  No

- Si

- Nooo

- Siii

- Ugh esta bien

Ella sonrió satisfecha, la chica me miró e hizo un intento de sonrisa, que resultó siendo una mueca, entonces imaginé que no sería tan malo...

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2017 ⏰

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