CAPÍTULO 9

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/LUNA/

-- ¿Esto es un barco? ¿Pretendeis convertiros en piratas con esto?

-- De momento es lo que hay. -- La muchacha saltó a la barca con entusiasmo. -- ¡Pero pronto tendremos un gran barco! ¡Ya lo veras!

El semizorro hizo un moín y suspiró agotado.

-- Oye, ¿Antes de ir a ninguna parte no sería mejor pasar primero por el médico? Dudo que esa herida haya sanado tan rápido y si no la miras se te puede infectar.

La morena llevó la vista a su brazo que seguía vendado con la manga de su compañero.

-- Yo creo que está bien.

-- La tienes completamente manchada de sangre, la has mojado tres veces, no te has cambiado la tela con la que cubriste la herida... Vamos al médico ahora mismo.

Sin más preámbulos la sujeto de la muñeca obligándola a salir de la barca y señaló a la calle de enfrente.

-- Seis calles más adelante vive un doctor, me conoce, te atenderá gratis. Y a ti tampoco te vendría mal, tienes muchos raspones. -- Comentó lo último viendo al muchacho que se hurgaba la nariz indiferente.

-- ¿Yo también tengo que ir?

-- ¡Pues claro! ¿No te lo estoy diciendo?

Luna se giró a verlo algo molesta y se cruzó de brazos.

-- Oye, ¿no eres un poco mandón? ¡Ni que fuéramos tus hijos! ¡Tennos más respeto!

-- ¿Perdona? ¿Aun por encima de que me preocupo por vuestra salud? ¡Pues mira haced lo que queráis, pero si luego os duele algo os vais a joder porque no pienso ayudaros!

-- ¡Bien! -- Suspiró frustrada y desvió la vista. -- ¿Dónde está el médico? Iré yo sola.

-- Todo recto, izquierda, derecha, izquierda otra vez y luego todo recto. No tiene pérdida.

-- Vale.

Dando zancadas la muchacha comenzó a caminar en dirección al frente y poco después se plantó en el cruce mirando a los lados indecisa. ¿Cual era la izquierda? Miró sus manos tratando de recordar, pero era incapaz de darse cuenta por lo que decidió hacerlo a suerte y se fue por el lado de la mano ágil. 

Tanto a Kanaye como a Jun se les cayó una gotita de sudor por la nuca al ver como su amiga tomaba el camino contrario al que le habían indicado.

-- Vamos a buscarla o se acabará perdiendo ella sola.

****

Después de un rato caminando finalmente la encontraron en el centro del pueblo sentada sobre la piedra que componía la fuente. Se notaba que estaba exhausta, probablemente se habría pasado la hora entera corriendo, como ellos.

-- ¡Maldita imbécil! ¿Como te puedes perder si te di las indicaciones exactas? ¡La dirección era súper fácil y tú te has ido a la otra punta!

La muchacha alzó la vista sobresaltada y mostró una enorme sonrisa de alegría y alivio.

-- ¡Chicos!

Corrió a su encuentro y se les tiró encima echándolos al suelo a los dos. Rió a carcajadas divertida y feliz de verlos. Ya se había empezado a angustiarse pensando que no encontraría la forma de volver a la barca con ellos.

-- ¡Bruta! -- Exclamaron a la vez sacándola de encima sin cuidado.

El primero en incorporarse fue Jun que se apresuró a alcanzar la fuente para beber un poco de agua. Después de tanta carrera estaba complemente deshidratado.

Hijas del diablo (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora