Capítulo 4

15 1 0
                                    

"La mañana siguiente en un lugar lejano a la ciudad"

Los árboles inmensos y el cantar de los pájaros hacen que un sentimiento de exploración recorra su cuerpo, la sensación se hace más fuerte conforme pasa el tiempo, su cuerpo siente el impulso de salir. En el escritorio, junto la ventana de una habitación, descansa el chico con el rostro sobre sus brazos. Observa el hermoso paisaje a través de su ventana. El aire fresco roza su rostro dandole una sensación agradable, aunque su cuerpo tenía el impulso de salir a explorar, se mantiene calmado pero la paz se interrumpe cuando una voz lo llama desde la puerta. La ignora y cierra los ojos.

—Hermanito ¿No me escuchas— la puerta se abre, Isa observa a su hermano sentado con la cabeza apoyada en el escritorio. Lo observa detalladamente, su cobrizo cabello ondeaba debido a la brisa, tenía una expresión pacífica, su mágnifica sonrisa no desaparecía, llevaba puesta una playera sin mangas, su típico pántalon de pijama negro y estaba descalzo.

—¿Deseas algo de mí?—el joven aún se mantiene en la misma posición, únicamente mueve los labios para entonar las palabras a su hermana.

—No en realidad—menciona sonriendo— Sólo te iba decir...

—En un momento bajo a desayunar, quiero seguir aquí unos minutos más ¿me lo permites?

La joven dama abré completamente la puerta y aparece con una charola en las manos. Contenía un plato plano con dos huevos estrellados y cuatro dorados trozos de pan tostado, a un costado había un vaso de cristal con jugo de naranja, el otro extremo estaba adornado con pequeños pedazos de fruta (manzana, piña, pera) cortados finamente en cubitos, también unos cuantos arándanos, se veía muy apetitoso.

—Como decía—continúa— Te he traido el desayuno.

Sus párpados se despliegan delicadamente dejándo expuestos sus hermosos ojos color lluvia, parecían estar bañados con polvo de plata pues emitían un brillo hipnotizador bajo la luz de aquella mañana. Sonrié, se levanta, camina, estira los brazos, bosteza y se acerca a su hermana para tomar la charola.

—¡Muchas gracias por el desayuno!

—No tienes porque agradecerme— Manifiesta la joven, cuyos rizos dorados cubrían un poco su dulce rostro.

—Dale mis felicitaciones a Gabe.

—¿Gabe?

—Sí, se ha lucido con esto.

—Gabe no lo ha preparado, sigue durmiendo...—Se queja la chica alborotanto sus rizos— yo lo he hecho.

—No te creo.

—¡No me creas pequeñajo!— se pone colorada desarrollando un rojo intenso por la molestia de su hermano. Él adora que se ponga así, le encanta fastidiarla. Reclina su cuerpo y le da un cálido beso de hermandad en su frente.

—Muchas gracias Isa— dice con un suave tono de voz. Sin embargo, ella no cambia la expresión infantil— Gracias por cocinar óvulos de gallina.

Eso provoca una carcajada en ella, tan fuerte, que la obliga a retorcerse un poco. Al ver como ha cambiado el ánimo de su hermana, él se siente satisfecho. Simplemente Isabell es única, a pesar de su bipolaridad, agradece que haya sido su hermano menor.

—¡Óvulos de gallina!— ríe, incluso unas lágrimas se han eacapado por tanta tensión que su cuerpo esta experimentando.

—Vamos...deja mofarte por mi amor a comer óvulos de gallina que no han sido fertilizado aún. No es mi culpa que me gusten mucho ¿Gustas comer uno?

—No gracias—menciona con una voz graciosa.—Prefiero no hacerlo, que tal si viene la señora gallina a reclamar sus preciados futuros hijos sin desarrolarse.

TenshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora