Capítulo 7

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El autobús se detuvo frente la gran puerta del lugar. Las tres chicas bajaron deprisa, era tarde, solo faltaban 10 minutos para que la clase comience. En esta clase las chicas se separaban, bueno, solo Cat y Molly tienene la misma clase (mala noticia para ambas) pero, para fortuna de las cuatro, hoy es un día donde solo se separan una vez.

-Luego las veo.

-Vale

-Cuidate Lay-dijo Molly

-Si, no estes de distraída niña.- recalca Cat.

-¡Silencio Cat!

-Esas dos, espero que tengan una buena clase juntas- ríe Keyla- Bueno pequeña, ten un buen comienzo, da todo de ti hoy ¿si? Deseo verte feliz.

-Lo haré-una voz firme nació de los labios de la chica, eso satisfació a Keyla, esbozo una sonrisa y se retiro. Un extraño ánimo la invadió y con una enorme sonrisa dió inicio a ese nuevo día.

Las clases fueron aburridas, la mayor parte del tiempo la chica pasó jugando con su lápiz. Derecho es una asignatura divertida pero ella tiene una tía que la obligó leer sus libros de estudio todo porque quería que sea productiva. Se aprendió leyes, acciones, entre otras cosas, ya era una experta en ello.
El maestro se sorprendió al ver una jóven experta en ello, aunque también existían dudas, él siempre se sentía horrado al responderlas y sacar plática a la chica. Era la preferida de la clase no tenía que hacer tarea porque hubo un pacto diciendo que ella pasaría los períodos con su examen, no era necesaria la tarea pero de todas formas tenía trabajo pues sus compañeros la atormentaban con sus dudas y explicaciones. Aún adora ayudar a esas personas pues pensaba en salvarlas con su ayuda, al menos eso creía pero esa pasión se le está agotando y comienza a ver que mayormente abusan en vez de pedir consejo.

-Me parece que hoy la señorita Collins nos ha dejado

-No es así profesor.

- Entonces puedes responder la duda de tu compañero, digo yo no le entiendo por eso lo envíe contigo.-el señor Crown hace un gesto de agradecimiento y retoma su actividad, resolución de Sudoko nivel experto. La chica solo miraba la "responsabilidad" del maestro hacia su enseñanza, la preocupación de que su alumno aprenda, tal vez, saber sobre ese tema era una gran desventaja: igual debía ser maestra.
Luego de reflexionar, inició la búsqueda en la persona que la solicitaba.

-¡Hola dulce Lay!- una voz demasiado reconocida, hizo sonreír a la chica, seguidamente un rostro se asomó detrás de su hombro izquierdo y sonrió. Dicha acción siempre provocaba una sensación de alegria en ella.

-¡Hola Taiki! me da mucho gusto volver a verte.

-¿En verdad?-El chico hacía un gesto de sorpresa, que luego fue sustituido por una sonrisa. -No creo que me extrañaras, digo solo estuve ausente un mes. Pensé que te sentirías aliviada de no tenerme fastidiandote- guiñó.

-Siempre tan tú ¿Cómo podría olvidar a mi mejor amigo?

-¿Yo?

-Si tú, pequeño Tai-dijó haciendo un gesto amistoso, compactando sus pómulos ruborizados y dándole un poco de volumen a sus mejillas.

-No pensé que extrañarías a este mestizo Japonés.- tomó una silla para sentarse al lado de Lay. La chica miraba cada detalle que hacía «Como puedes pensar que no te extrañaría pequeño Tai, mi amigo del alma, siempre te tendré en mente además, hicimos un pacto de amistad ¿acaso no lo recuerdas?». Sus ojos oscuros se quedarón fijos en ella «Siempre luces tan linda, princesa Lay».-Adivina que te traje de mi viaje.

-¿Comida?- preguntó ilucionada.

-Sí pero... Accidentalmente me dio hambre en el camino y pues tuve que satisfacer mis necesidades básicas-abrazó a la chica como signo de disculpa. Ella lo aceptó, sin embargo, no iba quedarse con los brazos crusados.

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