Capítulo 9

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Narras tú:

Entré en casa y al cerrar la puerta me puse a saltar y a gritar como una loca. Mi abuela, que estaba muy tranquila en el salón viendo una película, corrió hacia mí alarmada.

-¿A qué viene tanto grito? -me preguntó al ver mi estado.

-¡Me ha dicho que me quiere! -corrí hacia a ella y la abracé. Casi instantáneamente, ella me rodeó con sus brazos con una gran sonrisa.

Vale, parezco una niña de trece años a la que le han dado su primer beso, pero me da igual, estoy demasiado feliz y necesito gritarlo a los cuatro vientos.

-Me alegro mucho por ti cariño -acarició mi mejilla y luego me dio un beso. Típico de las abuelas-. Parece un chico muy majo -dijo con dulzura-, pero yo que tú esperaría para decírselo a tu abuelo.

-Sí, tranquila. No tengo muchas ganas de que lo espante regañándolo sobre lo que no puede hacer conmigo -sí, así corté con Jorge, mi último novio.

-Ya es tarde cariño, deberías de irte a la cama ya -me aconsejó.

-Sí, estoy agotada -asentí con una sonrisa-. Buenas noches abuela -le di un beso en la mejilla y subí las escaleras hacia mi habitación.

Abrí la puerta y busqué a Nina con la mirada, había veces que ella dormía a los pies de mi cama. Fue entonces cuando recordé que ella no volvería a hacerlo nunca más, ya no estaba con nosotros.

Me culpé por haberlo olvidado, pero he de admitir que sino hubiera sido por ella no hubiera salido con Harry.

Siempre pensando en mí, ¿eh pequeña?

Sonreí y me cambié poniéndome el pijama. Miré el reloj y vi que eran las dos de la mañan, así que supuse que Verónica seguiría en la fiesta. Ahora que lo pienso, no la he visto allí, quizás estaría con un chico.

Negué con la cabeza. Vero siempre igual.

Me metí en la cama pero, después de dar alrededor de cincuenta vueltas, no conseguí dormirme. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, entre ellas un nombre propio de cinco letras: Harry. Aún recuerdo cuando lo conocí...

Septiembre, primer día de clase en un nuevo ciclo de secundaria. Hoy señores empiezo 3º ESO y no puedo estar más cabreada.

Para empezar, esta mañana el despertador se me averió y casi llego tarde; cuando iba bajando la escalera para llegar a donde desayunábamos casi me caigo rodando y me había salido un grano enorme en la mejilla derecha.

Vamos, un pedazo de día.

Verónica y yo íbamos hablando hasta que llegamos al banco donde nos sentamos desde que entramos en este instituto en primero. Sí, tenemos demasiadas tradiciones.

Observamos a la gente, había nuevas parejas, nuevas enemistades y nuevos cortes de pelo. Pero eran las mismas personas de siempre. Y claro, ¿quién querría entrar en el instituto más pobre de la ciudad?

-Tía, tía, tía -susurró de forma histérica tirando de mi brazo- mira ese chico que está con Zayn.

Me señaló con la cabeza y vi a un chico alto y delgado, con rizos chocolate que tapaban ligeramente su frente. Ojos verdes y, ¿esos son hoyuelos? Sí, Dios mío, son hoyuelos.

-Es mío -susurré y Verónica me dio un codazo- ¡eh, eh! Encima de que te dejo a Zayn -otro codazo- tú y yo sabemos que le amas perra -un nuevo codazo, esta vez uno tan fuerte que casi me tira del banco.

-Se acercan -susurró. Miré al frente y mi pulso tembló. El rizado y el moreno venían hacia nosotras. Mis manos empezaron a sudar.

Dios quiera que no quiera darme la mano.

ßelieve it [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora